Libertad de pulsera

Isabel Díaz Ayuso, ganadora de las elecciones
'Libertad de pulsera'
SUSANA VERA

Aupada por el protagonismo recibido desde la Moncloa, Isabel Díaz Ayuso es adorada por la derecha genuina. 

Especialmente, por esa que, resistiéndose a un deseo cada vez mayor, aún no vota a Vox. La lideresa madrileña se ha convertido en un incordio para el mencionado partido, al que no le queda sino esperar que este efecto sea temporal, hasta que la derecha valiente salga por fin del armario. Por eso, el mensaje libertario de Díaz Ayuso va dirigido en buena medida a la gente que durante décadas ha vivido sometida a la dictadura de la progresía, en virtud de la cual se podía ser comunista, pero estaba muy mal vista la etiqueta de facha.

En todo caso, según muestra su incontestable triunfo en las urnas, la apuesta que representa Díaz Ayuso es capaz de ir mucho más allá. Se diría que hierven ansias para que, dejando de lado el nacionalismo madrileño del que se ha valido, se decida a llevar su mensaje de libertad a todos los rincones de España, lo que implicaría, por ejemplo, que, pagando menos impuestos, eso siempre, cada cual se pusiera su vacuna favorita, de querer ponerse alguna.

A mi juicio, semejantes propuestas tratan la libertad con la misma banalidad que el derecho a decidir enarbolado en Cataluña, propio de un movimiento que en las páginas de este periódico califiqué de revolución pija. En cierto sentido, legitimidades aparte, creo ver una semejanza sociológica y política de fondo, así como un oportunismo compartido, entre quienes luchan por la libertad en función de lo que se decide en Waterloo y quienes lo hacen con consignas de pulsera en Madrid.

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