La guerra transitó ayer por las páginas de este periódico a lomos de tres noticias adheridas a sus correspondientes imágenes desde un cementerio de Kosovo, un plató de Teruel y la reserva de Pama en Burkina Faso. 

La foto periodística. La que informa, activa la emoción y ayuda a completar el relato. La que anticipó Francisco de Goya con sus cuadros. Como esos ‘Fusilamientos del 3 de mayo’ que el director altoaragonés y acreditado fotógrafo Carlos Saura recrea estos días en Teruel, un encargo de Aragón TV en el marco de los actos del 275 aniversario del genial pintor de Fuendetodos que organiza el Gobierno de Aragón. Una producción netamente aragonesa, en la que su director anticipa un guiño al cine de Luis Buñuel. Goya, Buñuel y Saura. Triángulo perfecto de tres poderosos representantes del imaginario visual que ha hecho de lo aragonés algo universal.

Desde el cementerio de Meje (Kosovo) nos interroga el rostro de la anciana albanesa Vase Tahirag sentada junto a la tumba de su único hijo que traíamos a ‘La imagen’ de nuestra página 2 con motivo de las conmemoraciones en recuerdo de las víctimas de una guerra que sacudió Europa en 1998 y 1999. Valdrin Xhemaj captó el martes la mirada perdida en el horizonte de la ausencia y el gesto de incomprensión y aun de impotencia de la madre que perdió a su hijo hace más de veinte años. La estampa de la tragedia de la guerra en su más amplia dimensión. No hay más violencia, golpes ni sangre que los que oculta su rostro, que surge limpio en medio de las grises tumbas cubiertas de coloridos ramos de flores. El contraste entre la vida y la muerte, que evoca una tragedia antigua que se repite.

Otro zarpazo de la violencia golpeó el lunes en Burkina Faso. Dos reporteros españoles, David Beriain y Roberto Fraile, murieron al ser asaltado el convoy en el que viajaban para hacer un reportaje sobre la caza furtiva en el país africano. Dos profesionales del periodismo más genuino que caen en busca de la verdad. Dos focos que se apagan. Retratistas todos de una cruda realidad.