Por
  • Octavio Gómez Milián

Desaparezca aquí

Pablo Iglesias en Portugal
'Desaparezca aquí'
JuanJo Martín

Mira el final del pasillo, verás el cartel. Busca la salida. Sigue provocando vergüenza. Un Gobierno, el mío, el nuestro, el tuyo también, con dos ministros que desaparecen camino de las luces de neón. ¿Ha terminado la pandemia y no nos hemos enterado? Tengo una marca en el brazo de la vacuna del Doctor Bacterio. Menos de dos euros. Con el algodón fresco todavía. ¿Ya somos un rebaño? ¿Somos inmunes? El ministro filósofo quería ser presidente de Cataluña poniendo sobre la mesa una de las peores gestiones de Europa. Ganó el derecho a ser humillado por el reverenciado independentismo. Fuego que destruye el capitalismo y de sus migajas dinero en efectivo. Arde wallapop: viejas cintas de correr y carteras de ministros prácticamente nuevas, sin usar. Pablo Iglesias fue eurodiputado casi el mismo tiempo que Puigdemont presidente de la república catalana. Vicepresidente de asuntos varios. Se encargó de las residencias de ancianos mientras comentaba series de televisión en las redes sociales. Y las focas aplaudimos. Todos somos un poco focas. Yo aplaudí a Rosa Díez, a Albert Rivera y a Inés. No sé qué pelota sostendré ahora sobre mi morro de profesor de instituto rural. Lánzame una moción de censura y veré qué puedo hacer con ella. Silencio de covid para dejar espacio al frentismo. Un poema de Pedro Salinas: "Las cifras no sirven, no es secreto. / Es sueño y no misterio". Dos ministros desaparecen aquí, y, flotando en el fluido García, volviéramos un año atrás. Solo es una gripe. ¿No os da vergüenza? ¿De verdad?

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