Si bien en 1977 comienza una tímida recuperación de la celebración del 5 de marzo, prohibida desde 1937, es en 1981 cuando oficialmente el Ayuntamiento de Zaragoza restablece su conmemoración con ayuda de asociaciones de barrios, peñas, comisiones de festejos de los barrios y otras entidades ciudadanas. Desde entonces las peñas no hemos faltado a esta cita, que es la mayor expresión del asociacionismo reivindicativo de la ciudad. Y no hemos faltado porque compartimos sus valores fundamentales como son la confraternización, la mejora de nuestra ciudad y la libertad.

Las Asociaciones Culturales y Recreativas de Zaragoza, al igual que aquellas valerosas mujeres y hombres de 1838 cuya gesta contra el ejército carlista celebramos hoy, defendemos nuestra ciudad y a sus ciudadanos. Quizás esta afirmación pueda parecer algo presuntuosa pero no lo es. Las peñas siempre hemos tenido espíritu de lucha, una lucha que tal vez un sector de la población considerará poco importante, la lucha por unas fiestas populares. ¿Poco importante? Nada más lejos de la realidad. Si algo nos ha demostrado esta agotadora pandemia es la necesidad que el ser humano tiene de acceder a la cultura, la música, el ocio, el folclore y a espacios de reunión y divertimento; en definitiva, de festejos populares.

Las peñas nacimos hace más de cuarenta años, al calor de la democracia, para reivindicar que las fiestas de Zaragoza tenían que dejar de centrarse en las élites de la ciudad y volver su mirada hacia el resto de sus ciudadanos y ciudadanas. Algo que se consiguió, no sin recibir algún que otro porrazo cortesía del gobernador civil del momento, y que al día de hoy todavía se mantiene. Festejos populares como las vaquillas, el Carnaval, la maratón de charangas o la misma Cincomarzada fueron impulsados, entre otros, por las peñas de Zaragoza. Y por motivos como estos la Diputación Provincial concedió en 1999 a la Federación Interpeñas, en representación de las peñas de Zaragoza, la Medalla de Santa Isabel de Aragón. Reconocimiento del que les invito a ver el documento original en la estupenda exposición ‘Las Peñas de Zaragoza: Color y vida de la ciudad’, instalada en los antiguos depósitos de Pignatelli. Una exposición que nace de la voluntad de aportar una opción más de ocio gratuito a nuestros vecinos y vecinas, dando a conocer la historia de sus peñas. Una exposición que demuestra que el movimiento peñista sigue tan vivo como siempre y que deja patente que el entendimiento y la reconciliación entre amigos siempre será posible. Paseando entre sus contenidos podrá encontrar el visitante no solo la cara más festiva de nuestras asociaciones, sino también la importancia de las peñas en el tejido social de nuestros barrios así como su espíritu solidario.

La situación actual nos está afectando. La crisis sanitaria ha conllevado la comprensible supresión de cualquier acto o celebración presencial en nuestras asociaciones y el cierre, sin explicación justificada por parte del Gobierno de Aragón, de nuestros locales (todos ellos, en regla). Esto para las asociaciones culturales y recreativas ha sido un duro golpe siendo, como son, los actos populares parte de su ADN. Permítanme agradecer a todos los peñistas la fidelidad que están demostrando. En cuanto al futuro, miramos hacia él con esperanza. Cuando esta pandemia pase, porque algún día pasará, las zaragozanas y los zaragozanos necesitaremos devolver la alegría a nuestras vidas, reencontrarnos con la música en vivo, estar rodeados de amigos, volver a disfrutar de los festejos populares. Y entonces las peñas y sus peñistas estaremos ahí, como siempre lo hemos estado, dando lo mejor de nosotros y acogiendo con los brazos abiertos y una sonrisa a todo aquel que necesite un poquito de nuestra alegría. ¡Feliz y reivindicativa Cincomarzada!