Atención Primaria en pandemia

Los efectos negativos de la pandemia sobre el sistema sanitario no se han dejado sentir únicamente en la presión hospitalaria, los centros de salud también han sufrido cambios forzosos en su funcionamiento que han ido en detrimento tanto de los pacientes como de los facultativos. La saturación por los casos sospechosos de covid y las medidas preventivas han generalizado la atención telefónica y han surgido problemas que no se han terminado de encauzar.

Es bien significativo que ahora la mayor parte de las quejas por el funcionamiento del sistema sanitario que recibe el Justicia de Aragón no se refieran a las listas de espera -tradicional factor de inquietud y descontento- sino a la Atención Primaria. La difusión de la covid ha aumentado la carga de trabajo de los centros de salud, que tienen que recibir y cribar los casos sospechosos, sin que su personal haya crecido sustantivamente. Además, para reducir el peligro de contagio se ha buscado que las visitas a la consulta del médico se redujeran a lo indispensable, sustituyendo la mayoría por ‘consultas telemáticas’, que en realidad son casi siempre meramente telefónicas. Todavía hoy alrededor del 60% de las consultas son ‘no presenciales’, lo que provoca insatisfacción y desconfianza en muchos usuarios. Pero la mayor parte de los problemas no derivan en sí del hecho de que la atención se produzca a distancia, sino de cuestiones como la dificultad para ponerse en contacto con el centro de salud, el momento en el que se recibe la llamada del médico o las dificultades para recibir asistencia en el domicilio. A medio plazo, una vez pasada la pandemia, habrá que aprovechar la experiencia para introducir de manera ordenada y eficaz las nuevas tecnologías en la Atención Primaria, pero por ahora la administración sanitaria debería hacer todo lo posible para proporcionar los medios que permitieran corregir las deficiencias que producen más quejas entre los ciudadanos.