Los versos de Corman

Opinión
'Los versos de Corman'
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Conforme al patrón educativo hegemónico en España, el derecho a elegir escuela, al igual que atribuir la política educativa a los territorios, son medidas que no sirven a la libertad ni a la diversidad, sino a la disensión. Desde cualquier ideología, si no se enseña a formular discursos bien informados y argumentados, muy atentos a los valores compartidos, a la vez que comprensivos con los opuestos, la sociedad genera individuos narcisistas y bloques enfrentados que solo se escuchan a sí mismos.

Sin embargo, la ciudadanía quiere convivir democráticamente. Así que cabe preguntarse por qué no salimos del bucle sectario en el que está inmersa nuestra educación, revestida de una pedagogía que se dice tolerante, pero que no pasa de permisiva. Yo no creo que haya una conspiración del poder para tener a la gente adocenada. Más bien, opino que se trata de una inercia individual y colectiva desidiosa, de la que, a fin de evitar el desastre hacia el que vamos, solo nos sacará una profunda reforma consensuada.

Hechos como la toma violenta del Capitolio, que muestran que las democracias más asentadas no se libran del mal, incitan a perseguir los bulos tóxicos emitidos por empresas que se dedican a esta actividad. Sin embargo, en lugar de limitar la libertad de expresión al estilo chino, a mí me parece mucho más útil que surjan y proliferen versos claros, reflexivos, conciliadores y esperanzadores, como los que Amanda Corman recitó en la investidura de Biden. Si bien, admito que puedo equivocarme, aunque lo haga a duras penas, pues se me entrenó para tener siempre la razón.

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