Illa, el ministro pluriempleado

Illa celebra que la vacuna marca "el principio del fin" de la pandemia.
El ministro de Sanidad, Salvador Illa
EP

Los Reyes le han traído al ministro de Sanidad una candidatura a las elecciones catalanas, seguramente el regalo que le tenía guardado el presidente Sánchez desde hace un año. Pero parece que no le basta e insiste en mantenerse en el cargo hasta que comience oficialmente la campaña. Durante estos meses, la pandemia ha mantenido a varios ministros del nutrido Gabinete PSOE/UP en el ostracismo, y ha puesto el foco sobre el responsable de Sanidad. Contra toda lógica, Salvador Illa no ha sido relevado de su puesto y asegura que compatibilizará su responsabilidad con una precampaña que, haya o no elecciones, ha comenzado ya.

El pluriempleo del ministro, con la vacunación al ralentí y el virus golpeando con fuerza, es un despropósito. Ni la brutal crisis económica que ha traído la pandemia no ha servido para aligerar el Consejo de Ministros. Pero, al menos, se dan todas las circunstancias para efectuar, de inmediato, un relevo en Sanidad que debería permitir a su nuevo responsable coger el timón de la coordinación y corregir los fallos, varios de ellos de bulto, sobradamente detectados durante estos meses.

Que el cálculo político mantenga a Illa como ministro es un tic ventajista que subraya que el interés general se subordina al cálculo político. Con las autonomías lanzadas de nuevo a un sálvese quien pueda, la interinidad es lo último que el país necesita. Las formas son muy importantes, pero en este caso se trata también del fondo, de un fondo que es cuestión de vida o muerte.

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