Por
  • José María Serrano Sanz

El maná europeo

Banderas de la Unión Europea
Banderas de la Unión Europea
Reuters

Los Reyes de este año traen a España el maná europeo. En la actual crisis económica, producto de la pandemia, la reacción de las autoridades europeas no ha tenido nada que ver -afortunadamente- con la que tuvieron en 2008. Desde el primer momento, el Banco Central Europeo se comprometió a ejercer de cortafuegos, para que ni los gobiernos, ni los bancos, tuviesen problemas de liquidez, como había ocurrido en la anterior. También el Consejo y la Comisión reaccionaron con más diligencia que entonces y, tras un momento de desconcierto inicial, se han aprestado a organizar un plan de ayuda a las Haciendas nacionales que no tiene precedentes. Un plan que a una Hacienda tan exhausta como la española se le antoja el maná.

Pero eso tiene sus peligros, porque no todo consiste en regar dinero y es posible que el dinero fácil acabe siendo difícil de administrar bien. El objetivo último del plan no es tapar los agujeros de unas cuentas públicas desordenadas, sino ayudar a financiar la transformación estructural que las economías europeas necesitan para estar a la altura del desafío que tienen por delante: convertirse en verdes y digitales. Utilizar bien esos fondos requiere planes estratégicos por parte de las autoridades y estabilidad normativa para las empresas, así como un terreno abonado en el ámbito de la formación del capital humano y de la investigación. No quiero ser pesimista, pero acaso no estemos en la trayectoria adecuada.

José María Serrano Sanz es académico de Ciencias Morales y Políticas y catedrático de Economía (Unizar)

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