Apasionarse por la vida

Pau Donés durante uno de sus conciertos en imagen de archivo
'Apasionarse por la vida'
Heraldo.es

Paladeo sin prisa cada estrofa de ese último regalo del cantante Pau Donés con ese agradecimiento a la vida en su canción 'Eso que tú me das', que desborda vitalidad a apenas un palmo de citarse con la muerte. Que hace tiempo que el líder de la formación ‘Jarabe de palo’ sabía que le merodeaba. Me adentro en su poesía, en ese mensaje en el que la sencillez desbroza los entresijos de lo vivido; recuperándolos para volver a sentir la emoción de lo que le ha merecido la pena.

Más allá incluso de su valentía, de su forma de desgastar su tramo final, me admira la capacidad de sintetizar en ese poema musical todo aquello que quiere expresar, lo que le llena y que no se permite dejar de contar a través de la canción. Su maestría le brinda la oportunidad de modelar la letra para dar forma a sus sentimientos, que es la magia que ofrece el lenguaje.

“Por todo lo que recibí, estar aquí vale la pena. Gracias a ti seguí remando contra la marea”. Deslizarse por cada verso permite disfrutar de sabores admirables, que uno degusta envueltos en aromas que cautivan conforme se avanza en lo que el autor quiere abarcar. Porque además no se queda en el agradecimiento; da un paso más para entregarse él mismo en un gesto de generosidad: “Todo te lo voy a dar por tu calidad, por tu alegría. Me ayudaste a remontar a superarme día a día”.

Ronronea a veces por mi alma la preocupación de no saber si he sido capaz de transmitir a una persona que se ha ido, que se acaba de ir, todo aquello que me ha inspirado; si he logrado explicarle cómo ha ayudado a moldear mi vida, a mejorar, a dotar de dimensión mi trayectoria personal, profesional... Y en demasiadas ocasiones percibo que me he quedado demasiado corto, que no he logrado plasmar lo que esa persona ha merecido.

Me pregunto de paso si, llegado el tiempo en que sea yo el que haya de despedirme -cuando Dios considere llegado mi momento-, sería capaz de expresar con semejante nitidez, con esa serenidad y belleza, todo lo que la vida me ha brindado. De momento, me conformo con disfrutar de esa melodía apasionada de Donés: “Eso que tú me das...”.

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