"Si oviessen buen señor"

Opinión
'Si oviessen buen señor'
Krisis'20

Los resultados finales de la elección a rector de la Universidad de Zaragoza dejan una fotografía de nuestra institución que merece ser considerada. La distribución de votos permite al menos tres pinceladas para pensar el futuro inmediato. Primera, hemos participado el 17,15% del censo total, es decir, 5.691 de 33.169 censados. De estos votos emitidos 319 han sido en blanco. Si una participación menor del 50% del censo es preocupante en cualquier proceso democrático, en este caso podría interpretarse como una catástrofe. Pero habrá quien justifique que eso no es así, pues sólo se debe a la baja participación del alumnado (9,12%) y del profesorado asociado (24,71%). Como si estos dos sectores no fueran importantes para la vida universitaria.

Segunda, Mayoral ha ganado a Elduque con un 54,59% de los votos ponderados. Pero respecto del número de votos emitidos ella vence, pues obtiene 2.695 y él 2.677. Curiosamente, esto se ‘debe’ al voto de los (pocos) estudiantes que han participado. En el resto de sectores es a la inversa, con más claridad en lo que corresponde al llamado sector A, es decir, "integrado por aquellos profesores doctores pertenecientes a los cuerpos docentes universitarios que estén en situación de servicio activo o que se encuentren en comisión de servicios, en la Universidad de Zaragoza. También pertenecerán a este sector los profesores funcionarios doctores interinos así como los profesores doctores que hayan sido contratados con carácter indefinido". En este caso la participación ha sido de un 80,97%. De esos votos posibles (1.603) Mayoral ha obtenido el 41,92% (672). En cualquier caso, no llega a la mitad.

Tercera, si atendemos a otra dimensión importante de la institución, el sector D, "integrado por el personal de administración y servicios que se encuentre en servicio activo y que sea funcionario, o interino, de las escalas de la Universidad de Zaragoza, o contratado por esta Universidad en régimen laboral o personal funcionario de otras administraciones y que preste servicios en ella", Mayoral obtiene el 33%, es decir, 672 de los 1.704 posibles.

Como rector, José Antonio Mayoral tiene el deber dejar una universidad mejor
de la que encontró y hacer que seamos un lugar de referencia en Europa

Con estos datos sobre la mesa, la victoria es la que es, pero no es ni por una abrumadora mayoría, ni con una base social consolidada que permita echar las campanas al vuelo. Al contrario. José Antonio Mayoral tiene mucho que hacer si quiere ser el rector de toda la comunidad universitaria. Su programa electoral no ha convencido de manera clara y contundente, por tanto, tendrá que trabajar con ahínco para gestionar creando consensos. Y eso —que quizá no entrase en sus planes ni en los de su equipo—, es una tarea fundamental si quiere ser un buen rector. Si quiere dejar un legado, que sea valorado, tiene bastante por hacer. Entiendo que querrá pasar a la historia de nuestra universidad como un rector que ha merecido la pena, que ha pensado en el bien común y no en su interés particular. Lo cual está en su mano y lo tiene su alcance. Tiene tablas y talento para acometer ese reto. Pero ha de superar el comprensible y humano resentimiento ante las discrepancias, y aumentar la capacidad escucha tolerante ante las críticas. No sirve copiar inercias de otros lares políticos, ni instalarse en esta victoria electoral.

Eso es posible. Pero no se consigue por arte de magia

Hay mucho por hacer. Puertas adentro, entre otras cosas, las reformas estructurales que prometió para su primer mandato y no acometió, o la modernización de las normas internas, incluida la reforma de los estatutos que ahora anticipa. Y también puertas afuera. Puede ser el impulsor de la universidad que necesita la sociedad aragonesa para este s. XXI… o todo lo contrario. Sus doce años de experiencia en el gobierno de nuestra universidad lo sitúan en un lugar privilegiado para pasar a la historia de forma brillante. Puede ocupar un lugar destacado entre los rectores que han hecho de nuestra institución una referencia en nuestro país, en Aragón, y allende nuestra tierra. Como rector tiene el deber dejar una universidad mejor de la que encontró y hacer que seamos un lugar de referencia en Europa. Eso es posible. Pero no se consigue por arte de magia. Tiene a mucha gente dispuesta, le corresponde catalizar la reacción y los procesos. Parafraseando el Cantar del Mío Cid, "Dios, qué buenos ‘vasallos’ si oviessen buen señor".

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