La DGA prorroga el toque de queda hasta el día 20 de diciembre, con el mismo horario, de 23 a 6 de la mañana. Esta ampliación se recogerá en el decreto en el que también se incluirá la prórroga de los confinamientos provinciales y de la Comunidad. El cierre de las capitales ya no será efectivo el martes. El Ejecutivo solo se plantea levantar el confinamiento autonómico de cara a la Navidad y flexibilizar aforos y horarios si Aragón logra superar el actual escenario de riesgo extremo. Hay que mantener la prudencia y estar muy atentos a la curva de ingresos en los hospitales porque los datos son los que avisarán del peligro de sufrir una cuarta ola en enero.

Las cifras de evolución de la pandemia en Aragón llaman a un optimismo responsable. Las restricciones impuestas a la movilidad y a las interacciones sociales están dando frutos poco a poco. Estos datos positivos permiten relajar parcialmente las limitaciones, como se hará la próxima semana. No obstante, la desescalada de esta tercera ola debe hacerse midiendo muy bien los pasos para no cometer los mismos errores de precipitación que se cometieron en primavera. Es lógico el deseo de la ciudadanía y del sector del ocio por aprovechar el paréntesis festivo de diciembre para aliviar las restricciones. Sin embargo, el riesgo continúa siendo muy alto y la capacidad de respuesta hospitalaria sigue amenazada.

Es comprensible la angustia de quienes ven peligrar sus negocios y anhelan volver cuanto antes a la normalidad. Se debe estudiar cierto alivio en los límites de aforos y horarios si los datos lo permiten. Además, hay que implementar más medidas para ayudar a los sectores más afectados. No obstante, si ahora se comete el error de querer salvar a toda costa la campaña navideña se corre el peligro de que el virus rebrote con fuerza.