Expectativas y decisiones
Aunque ayer se registraba la mayor cifra de muertes de la segunda ola de la covid en el conjunto de España, mejoran afortunadamente las expectativas de que la vacunación contra la covid, como anunció ayer el ministro de Sanidad, pueda comenzar a principios de año; lo que obliga a las autoridades sanitarias a diseñar un proceso que será complejo pero en el que no se puede fallar. En todo caso, es seguro que hasta bien entrado 2021 seguirán siendo necesarias las medidas profilácticas, por lo que no se entiende que se mantenga un IVA del 21% en la compra de mascarillas.
La operación que será necesaria para proceder a la vacunación en poco tiempo de millones de personas es de unas dimensiones que nunca antes se habían abordado y requerirá una ajustada coordinación entre administraciones, así como un complejo proceso logístico. Todo ello supone un desafío organizativo que las autoridades sanitarias tienen que preparar con detalle para que salga bien, porque un fallo de gestión en esta etapa sería imperdonable. Desde los contratos con las empresas productoras, hasta la concienciación de la población, pasando por el almacenamiento de las vacunas (probablemente a muy bajas temperaturas), su distribución y su inoculación, son muchos los aspectos a tener en cuenta.
Sin embargo, aunque el proceso se desarrolle adecuadamente pasarán meses antes de que esté inmunizada una parte significativa de la población española. De manera que hasta bien entrado 2021 seguirá siendo necesario el uso de mascarilla, entre otras medidas preventivas. Que un elemento indispensable y obligatorio esté gravado con un 21% de IVA en este momento no parece razonable, y otros países europeos han reducido el impuesto, por lo que no es imposible hacerlo según las normas de la UE. El Gobierno, que ha perdido la ocasión de aceptar la enmienda que en este sentido proponía Ciudadanos, se ha comprometido a reducir el precio de las mascarillas; reducir el IVA al mínimo sería quizás la forma más rápida y efectiva de conseguirlo.
