Elecciones en un clima de tensión

Estados Unidos celebra hoy elecciones presidenciales en el clima más tenso que haya vivido la gran democracia americana desde hace muchos años. Se espera una elevada participación, en gran medida a través del voto por correo o anticipado, pero el resultado puede decidirse por un estrecho margen en unos pocos estados. Estos comicios serán también trascendentes para definir el papel de Estados Unidos en el mundo y especialmente su relación con Europa.

La extrema polarización partidista de la política y de la sociedad no es un fenómeno exclusivo de Estados Unidos ni de reciente aparición. Pero los cuatro años de presidencia del atrabiliario Donald Trump sin duda lo han exacerbado. Se añade a ello el desastre sanitario provocado por la pandemia, que además ha borrado de un plumazo los logros económicos de los que podría presumir el actual presidente y ha puesto de relieve las desigualdades sociales que aquejan al país, en perjuicio especialmente de algunas minorías. Las encuestas prevén que Joseph Biden obtenga la mayoría de los votos, pero la victoria puede depender de un pequeño número de sufragios en algunos estados clave; y el recuento puede demorarse debido a que, para evitar el peligro de contagio, muchos ciudadanos han preferido votar por correo, lo que complica el escrutinio. En el ambiente enrarecido que se ha creado, con Trump y sus adversarios acusándose mutuamente de planear fraudes, un resultado estrecho que se preste a impugnaciones puede abrir una situación de incertidumbre en la que se dispare la tensión. 

Las elecciones estadounidenses se siguen con interés en todo el mundo, y de manera especial en Europa, que con la administración Trump ha visto cómo se deterioraban sus relaciones con el tradicional aliado trasatlántico. Un cambio en la Casa Blanca ayudaría a crear un ambiente más propicio para el entendimiento y la cooperación entre los países democráticos de Occidente.