Empezamos
Me gusta mucho este comienzo: "Cuando dijo soy una buena persona supe de inmediato que me había vuelto a confundir de hombre". Es de Cristina Grande. Me gusta porque está pidiendo más. Y tiene pasado y futuro. También me gusta este otro, de Julian Barnes: "Un grupo de norteafricanos jugaba a la petanca al pie de la estatua de Flaubert". En quince palabras se describe un mundo que ha cambiado por completo. Sin embargo, no me gusta este otro: "Sobre el Atlántico avanzaba un mínimo barométrico hacia el este, frente a un máximo; no mostraba tendencia a esquivarlo hacia el norte. Los isotermos y los isóteros cumplían su deber (...) En pocas palabras, algo pasadas de moda: era un hermoso día de agosto del año 1913". Es de Robert Musil, nada menos. Expliqué una vez por qué, en mi opinión, era un mal comienzo. Está estancado. Y encima el autor se corrige a sí mismo. Pero un estudiante me dijo que a él le gustaba. Era meteorólogo.
Como los gustos son tan diversos como las personas, y ahora que hemos vuelto de meses de incertidumbre, estaría bien pensar una frase que inaugure el relato de lo que nos está pasando. Algo así como: "Después de todo, el mundo seguía siendo el único lugar que conocíamos para vivir". Cada uno tiene una frase con la que comenzar su historia. Una historia con pasado y, sobre todo, con futuro, como en el cuento de Cristina Grande. Como en la novela de Barnes, un mundo que cambió. Hemos vuelto. Venga, empezamos.