Aclimatados
Sin meditarlo, la idea de un pasaporte inmunológico que identifique a los supervivientes de covid-19 podría parecer una buena idea. Pero, ¿imaginas que para tener un crédito, un alquiler o un empleo tuvieras que superar un test biológico?
Durante el siglo XIX la fiebre amarilla dividió a la población de Nueva Orleans en ‘aclimatados’, que eran aquellas personas que habían superado la enfermedad, y ‘no aclimatados’, quienes no la habían pasado. La ausencia de inmunidad dictaba quién podía trabajar o casarse, y en el caso de los esclavos, su valor. La presunta inmunidad concentró el poder económico y político en manos de una élite y se empleó para justificar el supremacismo blanco.
No parece una buena idea. La inmunidad frente a covid-19 todavía no se conoce bien. Habría que hacer un número descomunal de test a toda la población (en este tiempo se han hecho unos 5 millones en España) y los diferentes test presentan variación en su calidad y eficacia.
Un porcentaje escaso de población debería relanzar la economía. Se perdería la privacidad, aparecerían nuevas formas de discriminación, se producirían grupos de marginación, nuevos estratos sociales y se incitaría al contagio a muchas personas poniendo en riesgo sus vidas y las de todos, descontrolando el virus.
Debemos ‘aclimatarnos’ pero a aprender a vivir con el virus, a ser cuidadosos, a posponer abrazos, a mantener distancia física, higiene, lavado de manos y mascarillas. Esto va para largo, hasta que toda la población esté a salvo.
Alberto Jiménez Schuhmacher Investigador ARAID en el IIS Aragón