Capitalismo de la vigilancia

Opinión
'Capitalismo de la vigilancia'
Krisis'20

Llevo unos días leyendo el libro de la profesora de Harvard Shoshana Zuboff ‘La era del capitalismo de vigilancia: la lucha por un futuro humano en la nueva frontera del poder’. He conseguido un ejemplar de la primera edición inglesa de 2019. Todavía no se puede comprar en español. La traducción está lista pero, debido a la pandemia, esperan para lanzarla al mercado.

El libro tiene más de setecientas páginas, de ellas unas doscientas dedicadas a notas y referencias. Un verdadero tomazo, pero hay que reconocer que el texto es ágil, ligero y… muy norteamericano. Explica lo que va a contar. Luego lo cuenta. Y vuelve a explicar lo que ha contado. No desarrolla argumentos lógicos ni conceptuales sofisticados. Pero maneja de una manera estimulante una ingente cantidad de información aportando una posición crítica relevante y original para pensar los efectos de la digitalización. De hecho, se atribuye un punto pionero, que lo tiene, al escribir: "Este libro pretende ser un mapa inicial de una ‘terra ignota’, una primera incursión que espero que allane el camino para más exploradores. El esfuerzo por comprender el capitalismo de vigilancia y sus consecuencias ha dictado un camino de exploración que cruza muchas disciplinas y períodos históricos". Para ello, divide el libro en cinco bloques, incluyendo la introducción y la conclusión.

La primera parte la dedica a ‘Los fundamentos del capitalismo de vigilancia’. Toma como hito la fecha del 9 de agosto de 2011. De las tres cosas que destaca, la tercera tiene que ver con España: "Los ciudadanos españoles afirmaron su derecho a un futuro humano cuando desafiaron a Google exigiendo ‘el derecho al olvido’". Enfatiza el descubrimiento del excedente de comportamiento donde destaca que "Google es para el capitalismo de vigilancia lo que la Ford Motor Company y General Motors fueron para el capitalismo gerencial basado en la producción en masa". Y ahí radica uno de los elementos esenciales de su tesis. Pues nuestros datos de comportamiento como usuarios han sido y son el ‘excedente’ que hizo y hace posible obtener beneficios exponenciales a los gigantes tecnológicos. Dicho de otra manera, nos explica cómo encontraron la gallina de los huevos de oro utilizándonos a los usuarios a modo de materia prima. "Estos datos de comportamiento disponibles para usos más allá de la mejora del servicio constituían un excedente, […] camino hacia los ‘beneficios sostenidos y exponenciales’". Utiliza diversos autores y metáforas para mostrar la gran transformación producida y cómo ese ‘excedente conductual’ –‘behavioral surplus’– tiene efectos en el diseño y control de la sociedad.

En la segunda parte, ‘El avance del capitalismo de vigilancia’, explica el negocio de la realidad, la conversión ‘acrítica’ de la experiencia personal en datos y su explotación mercantil que mediante el ‘internet de las cosas’ nos convierte en marionetas. Nos ‘hacen bailar’ desde la economía de la vigilancia, combinando –‘tuning’, herding and conditioning’ (afinación, pastoreo y acondicionamiento)–. Reclama el derecho a conjugar el futuro democráticamente, sin ser títeres en manos de algoritmos al servicio de unas élites extractivas.

Así llega a la tercera parte, ‘Poder instrumental para una tercera modernidad’. Donde distingue entre las ‘dos especies de poder’: totalitarismo e instrumentalismo. En realidad son dos grandes amenazas cimentadas sobre lo que denomina "El Gran Otro y el aumento del poder instrumental". Con las metáforas de la ‘colmena’ y el ‘santuario’ plantea la bifurcación en la que nos encontramos: recuperar la libertad o perderla. Ese es el reto que lleva al capítulo de conclusión, con la descripción de ‘Un golpe de estado desde arriba’. Y culmina recordando la caída del muro de Berlín y el ‘no más’ de quienes lo tumbaron. Es un alegato contra esta nueva mutación de capitalismo. Denuncia las prácticas extractivas de la digitalización de la experiencia humana que, además, se modifica mediante al acumulación de riqueza, conocimiento y poder. Es una amenaza fundada en la economía de la vigilancia y la tecnología al servicio de unos pocos que, bajo capa de bien, nos aliena irremediablemente. Nos toca despertar o el futuro no pinta nada halagüeño.

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