Imagen de archivo de un colegio zaragozano.
Imagen de archivo de un colegio zaragozano.
HA

Emilia nos manda un mensaje de despedida porque seguramente no podrá volver más a su puesto de trabajo. Era su último año antes de jubilarse y nos da las gracias por haber sido unos buenos compañeros de aventura. Emilia ha sido comandante en jefe, directora general, directora ejecutiva y otros muchos cargos que le he ido poniendo durante estos últimos años. "¡A ver qué cargo me toca hoy!", decía cuando me veía aparecer por la escalera. Emilia era la sonrisa que te encontrabas al llegar y la buena palabra que te decía adiós al salir. Siempre tuvo una mano especial para tratar con los alumnos. Era como una madre para ellos. Tenaz, persistente y siempre atenta a los pequeños detalles, Emilia me perseguía año tras año hasta que le mandaba todos los apuntes y las planificaciones. Era mejor mandarlo rápido o el peso de su ley caía sobre ti.

Aunque la conocí hace unos pocos años, me la imagino aprendiendo década tras década, reciclando su formación, peleando con los ordenadores, internet y las máquinas. La veo luchando siempre, elegante, fuerte, digna y alegre, con las penas que todos tenemos dentro bien colocadas en su sitio. Como ella, tantas personas que han sido la cara de oficinas, centros de estudio o administraciones se merecen un enorme agradecimiento y una digna despedida que no hay que dejar pasar.

En su mensaje, Emilia dice, entre otras cosas, que tiene una estatura pequeña. Se me hace raro leerlo, yo siempre la vi gigante.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión