Apoyo a la automoción
La automoción representa uno de los capítulos principales de la economía española, del empleo y de las exportaciones. La crisis ha afectado muy duramente al sector, cuando además se encontraba inmerso en un complejo proceso de transformación tecnológica. Las medidas de apoyo eran imprescindibles y el plan que ayer presentó el Gobierno ha sido por ello bien recibido por los diversos agentes de la industria automovilística.
Aunque precedido por un nombre un tanto alambicado -Plan de Impulso de la Cadena de Valor de la Industria de la Automoción hacia una Movilidad Sostenible y Conectada-, el conjunto de medidas que ayer presentó el presidente del Gobierno va en la dirección de ofrecer un apoyo indispensable a un sector clave en la estructura productiva española y que se encuentra en un momento crítico. Las ayudas directas a la compra de vehículos constituyen la parte del plan más llamativa y más interesante para el consumidor. Se trata de una especie de nuevo Plan Renove pero orientado a favorecer la renovación del parque con automóviles menos contaminantes o de cero emisiones. Las subvenciones ayudarán sin duda a impulsar la demanda y, por lo tanto, a sostener la red comercial de concesionarios, muy afectada por la pandemia y el confinamiento. Pero las medidas van más allá, con incentivos fiscales a la inversión en las plantas productivas y a la investigación. El objetivo es asegurar el mantenimiento de las fábricas y favorecer a la vez el avance de la industria hacia el nuevo modelo de movilidad necesario para hacer frente al cambio climático. El sector ha acogido este plan muy favorablemente, pues recoge sus reivindicaciones y supone un reconocimiento de la trascendencia que el automóvil tiene en la economía y el empleo en nuestro país. Hay que esperar que las medidas señaladas contribuyan a una rápida recuperación del sector, sirviendo de impulso a toda la actividad económica.
