Pareciera que en las últimas semanas ‘La España vacía’, de la que hablaba Sergio del Molino, no sea solo la interior y despoblada, sino también la urbana, que ha vestido sus espacios públicos de nueva soledad. La razón es que, al levantarnos cada día, sabemos que, tras el cristal de la mañana, ‘El dinosaurio’ de Augusto Monterroso, ahora mutado en Covid-19, todavía está allí. Por eso nos quedamos en casa. Sin embargo, ‘Lola Vendetta’, el personaje de cómic creado por Raquel Riba, para dar voz al silencio de las mujeres, nos anima a salir a través de los libros.

Así, en esta época de crisis y de aislamiento, podemos ir, a través de páginas de papel, al ‘84, Charing Cross Road’ de Londres, cuando, todavía en época del racionamiento alimenticio tras la II Guerra Mundial, la librería Marks & Co. recibía cartas y comida de la escritora Helene Hanff. Desde allí es fácil dirigirse, también en hojas de tinta y palabras, hasta el canal de la Mancha, para formar parte de ‘La Sociedad Literaria del Pastel de Piel de Patata de Guernsey’, un divertido y solidario club de lectura, imaginado por Mary Ann Shaffer y Annie Barrows como una forma de resistencia durante la ocupación alemana de la isla y como un símbolo del poder de la literatura en tiempos difíciles.

Porque en momentos complicados, como los de ahora, los sencillos ‘Guardianes’, descubiertos por María José Ferrada e ilustrados por Mo Gutiérrez, pueden ayudar a sentir, acompañados de Carlos López-Otín, ‘La vida en cuatro letras’. 

María Pilar Benítez es profesora y escritora