Brothers in arms

Manuel Mostaza Barrios, politólogo y Director de Asuntos Públicos de ATREVIA.

Los componentes del Regimiento Galicia, de Jaca, realizan patrullas, desinfecciones y también acciones solidarias.
Los componentes del Regimiento Galicia, de Jaca, realizan patrullas, desinfecciones y también acciones solidarias.
Regimiento Galicia

Las Fuerzas Armadas emergen, en medio de esta crisis y con mucha diferencia, como la institución mejor valorada por los ciudadanos españoles ante la crisis causada por el virus de Wuhan. La encuesta realizada por IPSOS para este periódico muestra una diferencia de más de treinta puntos en relación con los otros grandes ganadores de esta crisis: los Ayuntamientos. Ambas instituciones comparten dos aspectos esenciales, uno negativo y otro positivo: ambas llevan décadas con problemas de financiación, -suelen ser las grandes olvidadas cuando llega la recuperación, pero las primeras que sufren las crisis- y en ambas trabajan personas dotadas de un especial ethos de servicio. La gran mayoría de los concejales españoles no cobran, y conocer el salario medio de un oficial de las Fuerzas Armadas causa rubor cuando se compara con la formación de estas personas -desde 2015, todos los oficiales españoles son también ingenieros con título civil- y su disponibilidad.

El caso de las Fuerzas Armadas es interesante porque esta crisis parece culminar un proceso progresivo de normalización de su imagen ante el conjunto de la sociedad, un proceso que venían recogiendo las encuestas del CIS en los últimos años. Y es que el siglo XX no fue un buen siglo para nuestros militares. Tras la malhadada guerra de África (guerras coloniales de las que también saldrían escaldados, décadas después, portugueses, belgas, franceses y británicos, no lo olvidemos) llego la terrible Guerra Civil y la configuración posterior de un gobierno de raíz militar que deslegitimó, a ojos de muchos españoles, el papel de sus ejércitos. El buen trabajo realizado desde los años setenta, su progresiva modernización y la incorporación, primero a la OTAN y luego a las misiones internacionales, han devuelto el prestigio a los militares españoles en todo el mundo. En España, además, la creación de la UME -contar con ella es vista como lo más eficaz durante la crisis- ha recordado aquello que Spengler escribió hace un siglo: “Afortunadamente, siempre hubo en la hora postrera unos cuantos soldados para salvar la civilización”. ¿No estábamos en una guerra?

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión