Después del pico

El dato aparentemente más esperanzador, al menos para un lego, del ‘parte de guerra’ ofrecido ayer por el Ministerio de Sanidad era que por primera vez el número de personas curadas en un día superaba al de hospitalizados ese mismo día. Si esa tendencia continuase de hoy en adelante, hay que entender que empezaría a aliviarse la presión que sufren los hospitales por causa de la epidemia, pues habría más altas que ingresos. Ya veremos, porque, por otra parte, la fiabilidad de los datos sobre el curso del Covid-19 en nuestro país, a pesar del esfuerzo que sin duda se hace para recogerlos, dista mucho de estar clara. Sí parece que estamos llegando al ‘pico’, a la cima de esa montaña que nos vienen anunciando pero cuya escalada se nos está haciendo eterna. Por eso, a muchos españoles lo que les gustaría es empezar a ver, o al menos a intuir, lo que hay al otro lado, lo que vendrá después, una vez que hayamos conseguido doblegar la curva de contagios y muertes. Podemos suponer, y ojalá sea así, que esa segunda fase de la lucha será menos trágica, pero tampoco parece que vaya a ser fácil. En China, aunque llevan un mes cantando victoria, andan con muchas precauciones a la hora de levantar restricciones de movimiento y cierres de locales. Y a veces dan un paso adelante y dos atrás, por si acaso. Los test rápidos y masivos y las medidas tecnológicas, quizá poco gratas, para imponer cuarentenas individuales tendrán un papel importante. Esperemos que el Gobierno -los gobiernos- acierte a organizarse en esa etapa mejor de lo que lo ha hecho hasta ahora. Y que tengamos una salida rápida y sin nuevos sobresaltos.