En el camino correcto
El coronavirus ha paralizado momentáneamente buena parte de la actividad económica en España. Para evitar una gran crisis como la que se generó a partir de 2008, el Gobierno ha aprobado un plan que movilizará 200.000 millones, entre fondos públicos y privados, una cantidad próxima al 20% del PIB. El paquete de medidas, bien recibido en los mercados financieros, es de envergadura, tiene el respaldo europeo y llega con la ventaja de contar con un sistema financiero saneado, algo que no ocurrió hace una década. Aunque con cierto retraso, el Ejecutivo ha tomado la senda correcta.
Los 200.000 millones del plan de choque anunciado por el Gobierno será «la mayor movilización de recursos de la historia democrática de España», según dijo ayer Pedro Sánchez. Contempla dotar de liquidez a las empresas, facilitar los ajustes temporales del empleo y ayudar a las familias más perjudicadas. El decreto aprobado incluye una moratoria del pago de hipotecas sobre la vivienda para trabajadores y autónomos que se encuentren en situación de vulnerabilidad económica y para los afectados de la Covid-19. Habrá que regular con tino esta y todas las demás medidas para que generen el mayor beneficio sin contrapartidas negativas.
A pesar de que España no tiene un gran margen fiscal, el coste de no aplicar estos estímulos es sufrir con toda seguridad otra depresión económica y ataques en los mercados, con la famosa prima de riesgo de nuevo como una espada de Damocles. Hace bien, pues, el Gobierno en aprovechar la relajación fiscal que le concede el Eurogrupo. El plan, en conjunto, representa dar un primer paso en la línea correcta para evitar la destrucción de empresas y ayudar a los colectivos que más van a sufrir el alud de despidos y el desplome del PIB. Tras este paso deberán llegar otros para estimular la economía cuando se supere la fase más aguda de los contagios.
