El Gobierno decreta el estado de alarma, informa de que es la única autoridad en toda España, limita los desplazamientos y moviliza al ejército. Para tomar esta decisión, el Consejo de Ministros necesitó ayer siete horas, en una de las reuniones más largas de la historia. Se vivió un intenso debate entre dos sectores del Ejecutivo, sobre todo por los planes económicos, que aún están por definir en toda su amplitud. Las autoridades deben utilizar las medidas jurídicas a su alcance, además de las políticas y económicas, para dar cobertura a su actuación por el bien de la ciudadanía y bajo control del Parlamento

La puesta en marcha del estado de alarma, previsto en el artículo 116 de la Constitución, proporciona más herramientas al Ejecutivo para adoptar medidas que quizá debieran haberse tomado antes, ante el avance acelerado de los contagios. Pedro Sánchez, que habla de "semanas difíciles", ha mostrado cierta lentitud de reflejos que ahora puede y debe ser subsanada con una mayor determinación. No debe haber miedo al uso de este mecanismo constitucionalmente previsto, por mucho que su nombre pueda asustar a la sociedad, pues los datos de infecciones lo justifican plenamente. Además, se ve acompañado por la llamada a la colaboración ciudadana, que es imprescindible para que la situación pueda superarse con los menos sacrificios posibles.

El Gobierno y las administraciones autonómicas deben actuar de forma decidida y coordinada porque las medidas de contención y aislamiento son necesarias. España está en plena fase de crecimiento acelerado de los contagios. "No cabe descartar que alcancemos los 10.000 afectados la próxima semana", ha dicho Pedro Sánchez. Así va a ser y el país debe estar preparado para ello, con serenidad y sentido cívico. Al principio el número de infectados aumenta con rapidez, pero conforme vaya pasando el tiempo, el número de personas susceptibles de enfermar disminuirá porque se habrán curado o inmunizado. Así son las curvas epidémicas. Si la pandemia va muy rápida, uno de los problemas más graves es el colapso del sistema sanitario. Hay que tener claro que muchos casos requerirán ingresar en un hospital. Ese es el gran problema, que se sobrepase el límite de capacidad del sistema sanitario. Ahí es, pues, donde hay que actuar de forma insistente y por eso es tan importante aplicar medidas de intervención con el objetivo de reducir el pico de la epidemia. Eso exige al Gobierno estar más rápido en sus reacciones de lo que ha estado hasta ahora. Tenemos que blindar nuestros hospitales y proteger a nuestros sanitarios, que están realizando una gran labor. Anoche, los ciudadanos se volcaron en reconocer su trabajo con un gran aplauso desde sus casas.