Llegaron los españoles
La mujer llegó exhausta con su bebé enfermo de malaria en brazos. Había caminado toda la noche desde las montañas haitianas para alcanzar la bahía de Petit Goâve. En su recóndito pueblo se había enterado de que «los españoles», los más apreciados por la población haitiana, habían llegado a la ciudad costera. Se trataba de la misión de ayuda humanitaria del buque anfibio de la Armada española ‘Castilla’, con militares para atender a los supervivientes del terremoto del 12 de enero de 2010 que devastó Haití. Tan devastador que causó 316.000 víctimas mortales, entre ellas la zaragozana Rosa Crespo Biel, subinspectora de Policía que realizaba labores de escolta de un alto cargo de la ONU.
La madre se aferró a la única esperanza de salvar a su hijo. Y allí, en una mesa bajo una palmera a prueba de seísmos, le atendió el comandante pediatra Juan Antonio Lara, hoy coronel recién nombrado director del Hospital Militar de Zaragoza. Gracias a la determinación de su progenitora y a la atención médica, el niño sobrevivió. Y su testimonio sirvió para que los mandos del buque ‘Castilla’ decidieran que sus helicópteros se trasladaran con una clínica móvil hasta las montañas para llevar la asistencia médica a los lugares más inaccesibles.
Tras cuatro meses de misión en Haití, Lara y otros dos miembros de las Fuerzas Armadas, el capitán médico Carlos Rodrigo (médico de Familia) y Félix Naranjo (enfermero), hoy comandantes, contaron en estas páginas su experiencia en la misión y los desvelos para ayudar a salvar vidas.
Se cumplen diez años del seísmo y de la estela de vida que dejó el buque ‘Castilla’.
