Los virus no se atreven con la FIMA

Al parecer, los ejecutivos de las empresas que fabrican maquinaria agrícola tienen los nervios más templados que los de las seductoras compañías de la telefonía móvil. Mientras que el Mobile World Congress de Barcelona ha sido suspendido después de la estampida de participantes atemorizados por el famoso coronavirus, en la Feria de Zaragoza todo está preparado para que mañana comience la FIMA con absoluta normalidad. Será quizás porque la solidez de los tractores es menos vulnerable a las epidemias que los delicados chips, pero no, desde luego, porque la FIMA se quede al margen de la vanguardia tecnológica. Al revés, la Feria Internacional de la Maquinaria Agrícola representa muchas cosas, y muestra también la ambición y la vocación del sector agropecuario de realizar innovaciones e incorporar las últimas tecnologías. Este salón, que se celebra desde 1964 y desde 2006 con periodicidad bienal, es para Zaragoza más importante que el traído y llevado Mobile para Barcelona. Y podemos congratularnos de que no deja de batir marcas. Este año espera superar los 240.000 visitantes (al Mobile de 2019 acudieron unos 108.000). Llega en una coyuntura complicada para el campo, pero es un signo de que la agricultura y la ganadería, a poco que se dé un marco adecuado a sus protagonistas, tienen futuro. Y más nos vale a todos.