Por
  • José Badal Nicolás

Riesgo sísmico en Aragón

En algunas zonas de Aragón la posibilidad de que se produzcan seísmos importantes es significativa.
En algunas zonas de Aragón la posibilidad de que se produzcan seísmos importantes es significativa.
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Con el propósito de evaluar el escenario de impacto sísmico en nuestra región y particularmente en el norte de la provincia de Huesca, donde se concentran los eventos sísmicos más relevantes, el Servicio de Seguridad y Protección Civil, dependiente de la Presidencia del Gobierno de Aragón, ha tenido el acierto de proponer la revisión del Plan para la Gestión del Riesgo Sísmico en Aragón (en adelante plan Gersa) dirigido a la adquisición de información científica fiable que permita valorar dicho escenario en un determinado lugar, sobre la base de la geología regional, la sismicidad natural, la peligrosidad sísmica, la vulnerabilidad de las estructuras y el coste socioeconómico. El proyecto se inscribe en otro de mayor calado orientado a la prevención contra los riesgos transfronterizos en un espacio común, en el cual participa como socio el departamento mencionado. El plan está cofinanciado al 65% por el Fondo Europeo para el Desarrollo Regional, a través de un programa interregional para España, Francia y Andorra, cuyo objetivo declarado es apoyar actividades económicas, sociales y medioambientales transfronterizas a través de estrategias conjuntas a favor del desarrollo regional sostenible. Mediante métodos geológicos y geofísicos, el proyecto persigue la actualización de los aspectos que determinan el riesgo sísmico allí donde las intensidades sísmicas se prevén mayores. Se quiere disponer de una serie de fichas para un conjunto de 30 términos municipales: 12 de ellos situados en el sector central del Pirineo oscense, 8 en la Jacetania, 5 en las Cinco Villas, donde se presume que la intensidad sísmica podría alcanzar o superar el grado VIII, y 5 municipios más elegidos por su particular interés histórico, cultural o turístico.

El plan Gersa comprende diferentes líneas de trabajo, desde la microzonificación geológica y la microzonificación geotécnica de toda la superficie de los términos municipales anteriores, hasta varias cartografías del área de afección, pasando por el cálculo de la peligrosidad sísmica en términos de la aceleración horizontal máxima del terreno, estructura de velocidad sísmica, factores de amplificación de la señal en roca, valores de aceleración para periodos cortos y largos del movimiento del suelo, etc. El plan contempla la investigación de posibles efectos de sitio que podrían modular las estimaciones de riesgo sísmico. En particular, la estimación del riesgo en cada término municipal deberá hacerse con una misma metodología que integre la peligrosidad del lugar y la vulnerabilidad o fragilidad de elementos estructurales sensibles a la ocurrencia de un sismo que puedan generar situaciones de emergencia. Estos dos factores de riesgo, ya por sí solos, exigen un arduo trabajo de cálculo para la apreciación de potenciales daños en las infraestructuras. Una ingente tarea que requiere muchos recursos materiales y humanos, además de tiempo y suficiente financiación.

La construcción de distintas tablas y mapas redundará en un importante incremento del conocimiento científico que permitirá mitigar los efectos de un hipotético terremoto catastrófico que podría ocasionar intensidades sísmicas de grado VIII-IX. Los resultados facilitarán la toma de decisiones por parte de las autoridades de nuestra Comunidad que tienen a su cargo la gestión del medio ambiente.

El plan Gersa tiene sus fortalezas, pero también sus debilidades. Enumero solo algunas de ellas. 1.- Es un documento que precisa de una mejor definición de objetivos, recursos y plazos. 2.- El proyecto está claramente infradotado con un presupuesto muy bajo. 3.- El plazo de ejecución concluye el 30 de noviembre de 2020, lo que no es razonable si se quieren obtener nuevos datos geofísicos que no sean meros valores extrapolados. 4.- No contempla los costes de movilidad de personal técnico y uso de instrumentación para la toma de nuevos datos geofísicos. 5.- No hace referencia al trabajo de simulación del campo macrosísmico partiendo de leyes de atenuación de la energía sísmica. 6.- Nada se dice sobre la conveniencia de desplegar una red sísmica de control y alerta en un futuro próximo. 7.- No hace mención de ningún comité evaluador, integrado al menos por cuatro expertos de prestigio (entre ellos un geofísico), para seguir el cumplimiento del plan e informar finalmente de los resultados obtenidos. Que los responsables tomen nota.

José Badal Nicolás es catedrático de Física de la Tierra y miembro de la Asociación de Profesores Eméritos de la Universidad de Zaragoza (Apeuz)

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