Hay una frase popular que dice: "No dejes que lo urgente te desvíe de lo importante" o algo así. Y a la velocidad que se producen las noticias y los acontecimientos en el tiempo que vivimos eso nos sucede con suma facilidad.

Esta semana hemos asistido a múltiples manifestaciones por todo el país de agricultores y ganaderos que claman por su propia supervivencia. Se enfrentan a precios que rozan lo ridículo, a un incremento en los costes de producción debido en parte a la subida del salario mínimo, menos subvenciones, adaptación de cultivos por el cambio climático… No es un panorama alentador.

Son noticias que no conmueven en las ciudades aunque llenemos horas hablando de cómo paliar la despoblación. Uno compra en el supermercado sin plantearse de dónde procede lo que se mete en la boca. Quién está detrás, cómo lo ha producido, cuánto ha recibido a cambio. Uno consume y ya está. Antes nos planteamos la procedencia del plástico que envuelve la lechuga que la de la propia lechuga. Y eso es un error.

"¿Quién te dará de comer mañana?" se preguntaban agricultores y ganaderos en sus manifestaciones. Es una cuestión que deberíamos plantearnos. Y, desde luego, responder en consecuencia. Eso es lo importante.