Soler y Llach saca a subasta el 19 de febrero la biblioteca del bibliófilo navarro Alberto Marín, una de las mejores bibliotecas de literatura española. Marín compró a lo largo de su vida toda clase de libros: incunables, góticos, libros de viajes…, pero tal vez su gran especialidad fue la Generación del 27, a la que dedicó algunos de sus mejores afanes. En su biblioteca estaban representados, siempre con primeras ediciones, todos los poetas del 27: García Lorca, Guillén, Salinas, Alberti, Aleixandre, Cernuda, Altolaguirre, Prados, Moreno Villa, Concha Méndez, Bergamín…, y otros como Machado, Neruda, Juan Ramón…

Alberto Marín murió el pasado año y sus libros ya han salido al mercado. Para que estos días podamos ver esos libros en el catálogo de Soler y Llach, antes hubo que inventariarlos, ficharlos y tasarlos, lo que quiere decir que aún estaría caliente nuestro bibliófilo cuando sus libros salían ya de su casa. Aunque también podría ser que él lo hubiera dejado todo ordenado para cuando le llegara el momento de pasar a criar malvas. En cualquier caso, ¿este va a ser el destino de nuestros libros? ¿saldrán de mi casa inmediatamente después del coche de la funeraria? Yo iría ahora a esa subasta a pujar por algunos de los que llevo años buscando, pero ¿para qué? ¿para que dentro de un tiempo –que uno aventura larguísimo, lleno de felicidad y con el Zaragoza en Primera– acaben de la misma forma, con una casa de subastas haciendo negocio y unos bibliófilos miserables frotándose las manos como cuervos? Y me digo: Melero, disfrútalos mientras puedas.