Instantáneas

Consejo de Ministros
Imagen del amplio consejo de ministros del PSOE
EFE

Este año tiene formas redondas y su 20-20 debería enmarcar una sucesión de días sin aristas para dejar atrás la tensión de los últimos años. Pero eso no deja de ser un deseo… Deseo de que el Gobierno acierte, todo lo que pueda y por el bien de todos, habida cuenta de que, guste o no, era la mayoría que se podía formar. No íbamos a ‘tripitir’ elecciones. El PP necesita asegurar el liderazgo de la derecha y eso es incompatible con la gran alianza. Y Ciudadanos, que podía haber facilitado las cosas, sigue perseverando en el error de servir para poco.

Así las cosas, no cesan de sucederse instantáneas inquietantes. La que nos pilla más cerca, el acoso a Teruel Existe (TE) y a su diputado, Tomás Guitarte. TE ha hecho lo que anunció desde el primer momento: apoyar la gobernabilidad del país y, como han hecho en las tres últimas décadas otros territorios políticamente decisivos, intentar rentabilizarlo. Si el candidato a presidente hubiera sido Pablo Casado, a él habrían votado. Porque ni el cambio climático es culpa de Andorra, ni la insolidaridad entre españoles tiene el epicentro en Teruel. Sin Guitarte, Pedro Sánchez habría encontrado los votos necesarios para sacar adelante su gobierno.

Frente a ese ruido, inquietante fue el silencio que siguió a la razonabilísima explicación de la canaria Ana Oramas de su rechazo a la investidura del candidato socialista. Con pocas palabras recordó al conjunto del Hemiciclo las falsedades que se arrojan unos a otros para desprestigio del conjunto, tal que una Chaves Nogales de hoy: víctima de todos, incluidos los suyos.

Preocupante también, la utilización del Rey, como denunció Aitor Esteban. Flaco favor le hacen algunos partidos al utilizarlo de parte. Pero no se lo hace mayor Pedro Sánchez al saltárselo en cuanto puede, cuando, como dice Javier Cercas, tan bien nos viene este Rey de comportamiento tan republicano para, ante la incertidumbre ambiente, anclar la continuidad.

En la foto del Gobierno, una arista bien visible es el tamaño, ¿hacían falta tantos ministros? El exceso lo evidencia la foto de los tres varones que se reparten la cartera de María Luisa Carcedo, anterior ministra de Sanidad, Consumo y Bienestar Social; ella sola, que además es médico, podía con las tres competencias, ahora en manos de esos tres ‘señoros’ y, en su mayor parte, transferidas. El mismo exceso que denota que haya una pareja de hecho sentada en la misma mesa del Consejo de ministros, en un país de 47 millones de españoles. 

Inquietante ha sido también la herida infligida a la separación de poderes con el nombramiento como Fiscal General del Estado de la exministra de Justicia. Cuando la vida política está hiperjudicializada, llevar a ese puesto a una exmiembro del Gabinete, y ahora diputada en las listas del PSOE, ayuda muy poco a la necesaria credibilidad de la Justicia. En España hay 2.500 fiscales, o sea que había para elegir. Para completar la foto, en el mismo ámbito, un vicepresidente se ha olvidado muy pronto de que lo es del Gobierno de España y no de la oposición.

E inquietante, la actitud de los independentistas catalanes, que van a usar su abstención para, sobre todo, ganar tiempo mientras aumentan los partidarios de separarse del resto de España. Entre tanto, cuanto peor, mejor.

En eso coinciden con los extremos parlamentarios, abonados todos a la corriente mundial que tan bien ha descrito Christian Salmon en ‘La era del enfrentamiento’. El autor, que hace una década ya describió magistralmente el momento con ‘Storytelling: la máquina de fabricar historias y formatear las mentes’, ahora lo vuelve a clavar. Entonces explicaba cómo se moldeaban las necesidades de los consumidores contando historias. Ahora, que el enfrentamiento y el grito marcan la lógica del presente. Frente a la narración política, el combate y el ruido como armas.

Lo penoso es que esta instantánea aún dudará un rato.

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