El manual del buen coaligado

Dolores Delgado, ya exministra de Justicia y próxima Fiscal General del Estado.
Dolores Delgado, ya exministra de Justicia y próxima Fiscal General del Estado.
Ballesteros / Efe

Utilizar el falcon para ir a un concierto, desgranar los 22 ministros uno a uno antes de comunicar el gobierno en bloque al Jefe del Estado, proponer para la Fiscalía General a quien apenas acaba de dejar el Ministerio de Justicia de un Gobierno socialista... Podría considerarse que cada uno de estos gestos es un error político, pero cabe la hipótesis de que Pedro Sánchez sea plenamente consciente de cada una de estas decisiones. Simplemente, buscaría demostrar su poder, en el caso del falcon, o tirar por el camino más corto para lograr sus objetivos, en el del nombramiento de una persona totalmente afín a sus tesis para el cargo de fiscal general.

La apuesta por Dolores Delgado es clave para la politización de la justicia que puede suponer, paradójicamente, la desjudicialización de la política. El nombramiento del ministro de Justicia ha pasado a segundo plano, como seguramente va a ocurrir con asuntos de calado cada vez que la cuestión del independentismo catalán pase a escena. A la nueva política se le han echado encima esta semana varios años más. La política de puertas giratorias -de ministra a fiscal general en tiempo rércord- ha llegado al corazón del gobierno PSOE-UP, que ha estrenado el manual del buen coaligado con el silencio elocuento de Iglesias sobre tan espinoso asunto.

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