Jefe de Economía de HERALDO DE ARAGÓN

Ensamblar baterías

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Thomas Wanke posa con el nuevo Corsa eléctrico en el Salón de Fráncfort.
Luis H. Menéndez

El grupo PSA anunció formalmente el pasado miércoles en Madrid que la fábrica de Opel España en Figueruelas inciará en enero la producción en serie del Corsa eléctrico (hasta ahora solo confirmaba que el hito tendría lugar en el primer trimestre del año). La planta zaragozana lleva ya una temporada ensamblando prototipos, incluso el rey Felipe VI pudo conducir uno de ellos el 7 de octubre, coincidiendo con el inicio de la fabricación de la sexta generación del utilitario, el más emblemático de sus vehículos. Pero el lanzamiento oficial del Corsa-e tendrá lugar en los primeros compases de 2020, año en el que las tres plantas españolas de PSA (la aragonesa, la de Vigo y la de Villaverde, en Madrid) ensamblarán modelos enchufables.

El gran logro de la multinacional automovilística francesa en este empeño es el de haber configurado plataformas modulares multienergía que le permiten producir con una misma arquitectura tanto vehículos térmicos (a gasolina o diésel) como los propulsados por baterías. Los coches 100% eléctricos de PSA, como el Corsa-e, utilizarán la plataforma CMP (Common Modular Platform), la misma que emplearán los Corsas convencionales. Eso permitirá a la planta de Figueruelas planear la fabricación de este modelo en sus distintas versiones en función de la demanda, es decir, sacar por su línea de montaje 2 (por la 1 discurren el Crossland X y el C3 Aircross) la proporción de utilitarios térmicos y eléctricos que considere idónea para hacer frente a los requerimientos del mercado.

El inicio de la producción de coches eléctricos en Zaragoza es una novedad histórica para la factoría de PSA y también para el conjunto de la industria auxiliar, que ha de enfrentarse ahora a un reto tan novedoso como apasionante (en ello están ya muchas empresas aragonesas), el de adaptarse al suministro de componentes teniendo en cuenta nuevas variables en los vehículos. En la factoría de Figueruelas, según apuntó en Madrid Juan Antonio Muñoz Codina, director general de este centro y del Clúster Ibérico de PSA, se instalará un taller de ensamblaje de baterías que estará operativo en el primer semestre de 2021. Desde entonces unos 60 operarios harán el trabajo que ahora llega desde Vigo.

En el nuevo taller de baterías de la planta zaragozana, del que habló Muñoz Codina el 12 de noviembre en una cita en Figueruelas organizada por la marca Citroën, será posible gracias a una destacada inversión (de la que no se ha informado públicamente) y aportará a la factoría nuevos elementos de innovación que habrán de ser rentabilizados en un escenario de futuro con muchos vehículos eléctricos en nuestras calles y carreteras.

Mientras ese momento llega, las baterías que surtirán a las plantas españolas –y en general, al conjunto de las europeas– vendrán procedentes de países asiáticos, como recordó el propio Muñoz Codina en el citado encuentro de noviembre. El ‘Financial Times’ mencionaba hace unos días el dominio global de la japonesa Panasonic, la coreana Samsung y las chinas CATL y BYD y reseñaba que las contadas fábricas de baterías para automóviles ubicadas en Europa solo representan el 3% del total del mercado y la mayoría tienen a propietarios asiáticos.

La cuestión preocupa mucho en la UE en el ámbito político y también en el empresarial. España, con la ministra de Industria en funciones, Reyes Maroto, a la cabeza, participa muy activamente en todo tipo de contactos, tanto para optar a inversiones de grupos chinos que quieren instalar fábricas de baterías –Aragón sería una de las comunidades autónomas con posibilidades de adjudicación– como para aliarse con socios de la UE e impulsar consorcios de capital europeo. Desde Suecia pisa fuerte en el sector la empresa Northvolt, con un centro en Vasteras y el anuncio de una ‘gigafactory’ en Alemania.

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