El espejo anarquista

A Catalan demonstrator throw a tear gas canister back to the police during Catalonia's general strike in Barcelona, Spain, October 18, 2019. REUTERS/Albert Gea [[[REUTERS VOCENTO]]] SPAIN-POLITICS/CATALONIA-STRIKE
Protestas en Barcelona
Albert Gea/Reuters

Cuando ‘Lectura fácil’ obtuvo el Premio Nacional de Narrativa de este año, su autora, Cristina Morales, hizo unas declaraciones en las que atribuía a la Policía la violencia de los disturbios que estaban teniendo lugar en Barcelona y, literalmente, se "alegraba" de que hubiera "fuego" en las "vías comerciales tomadas por la explotación turística y capitalista". Además, preguntada por el ‘procés’ independentista, la escritora granadina respondió que le parecía un "aburrimiento" y un "contubernio entre élites".

Ante semejantes opiniones, sentí el impulso de buscar en internet algún pasaje de la novela mencionada que corroborara que esta, por más premiada que fuera, era un panfleto huero y mal escrito. Y rastreé con tal fortuna, que pronto hallé un documento, un señuelo, pensé después, que contenía las primeras quince páginas de ‘Lectura fácil’. Total, que mordí el anzuelo, compré la novela y la devoré en un intenso fin de semana.

A mi juicio, la novela de Morales, reseñada como innovación radical, es una magnífica aportación a la tradición literaria en la que resuena la voz lúcida de personajes locos y marginales, voz que, para mí, por mi educación de bachiller, remite a don Quijote. Por otra parte, también me he reencontrado con los restos de la Barcelona cañí de Manuel Vázquez Montalbán y Eduardo Mendoza. Pero, sobre todo, por su idealismo anarquista, aunque sea de salón, subvencionado y publicado en editorial capitalista de prestigio, ‘Lectura fácil’ me ha puesto ante un espejo en el que he visto al opresor que no querría ser y al socialdemócrata que sí quiero seguir siendo.

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