Es lamentable que ayer, en Jaca, la consejera de Presidencia de la Generalitat aprovechase el discurso en el plenario de la Comunidad de Trabajo de los Pirineos para introducir un intempestivo y fraudulento mensaje sobre ‘presos y exiliados’ y sobre una posible independencia. Que sus palabras no recibieran en aquel momento adecuada respuesta por parte de Javier Lambán, presente en el acto y anfitrión del mismo, que tardó horas en reaccionar, produjo sorpresa.

La Comunidad de Trabajo de los Pirineos (CTP) es un órgano de cooperación en el que participan las regiones pirenaicas españolas y francesas, además de Andorra. Se trata de un organismo cuyo trabajo es y debe ser más pragmático que político, un foro en el que el respeto y la mera prudencia obligan a dejar de lado posiciones sectarias y de confrontación. Pero, desgraciadamente, la Generalitat catalana del ‘procés’ acostumbra a faltar al respeto a las instituciones y ayer la consejera Meritxell Budó volvió a hacerlo, introduciendo referencias, absolutamente impertinentes y falaces, a la independencia de Cataluña y a los ‘presos y exiliados’. Lo lógico hubiera sido que sus palabras hubieran recibido, en aquel mismo momento o en la rueda de prensa posterior, una respuesta inmediata y sensata por parte del presidente de Aragón, que entregaba a Budó el testigo en la presidencia de la CTP y era, además, el anfitrión de una reunión que se celebraba en Jaca. Lambán, que suele ser beligerante con los desafueros secesionistas, prefirió en esta ocasión rehuir la polémica directa y respetar el acuerdo previo de no referirse a la situación política catalana, a pesar de que Budó ya lo había roto de manera palmaria. La respuesta del presidente aragonés -considerando que las palabras de Budó eran "intolerables"- solo se produjo horas más tarde. Tal vez las conversaciones que mantienen el PSOE y ERC para la investidura de Pedro Sánchez limitaban la capacidad de reacción del presidente aragonés.