De ‘fer país’ a ‘trencar’ país’

‘Fer país’. Era el lema de la Cataluña de pro, ese espíritu de trabajo que despertaba en nosotros, sus vecinos aragoneses, una mezcla de admiración y envidia. Aquí nació la Corona de Aragón, cuyos reyes, como recuerda siempre oportunamente Guillermo Fatás, promulgaron en 1319 el documento por el que «nadie puede ni debe separar Aragón de Valencia, del condado de Barcelona y del reino de Mallorca, entre otros territorios de la Corona». Primero fueron las Cortes de Tarragona, luego las de Zaragoza, las que acordaron solemnemente «que permanecieran perpetuamente unidos».

Esa cohesión, que encaja perfectamente con la variedad y la personalidad de cada territorio, define hoy a España. Y es el espíritu contra el que se han manifestado la rabia y las llamas que hemos visto en las calles de Barcelona estos días. Esas hogueras (auto)destructivas rompen (’trencan’) el país, destruyen tiendas y mobiliario urbano, ponen en alto riesgo la vida de las personas (un policía nacional sigue gravísimo). Pero todavía es peor el fuego virtual de los líderes independentistas, que quiere arrasar la convivencia y el respeto a la ley. El último capítulo, el desafío al Constitucional por parte de los grupos independentistas del Parlament, volverá a topar con la legalidad democrática.