Carteles de 'Mientras dure la guerra', de Alejandro Amenábar.
Carteles de 'Mientras dure la guerra', de Alejandro Amenábar.
Efe

Tal día como hoy de 1936 Unamuno recibió en Salamanca la noticia de que Franco había sido nombrado por la Junta de Defensa Nacional, de Burgos, Jefe del Gobierno del Estado, es decir, Jefe de la España sublevada. Del mal, el menos, debió de pensar, porque había otros generales -Mola, por ejemplo- que le infundían mayor desconfianza. Salamanca fue elegida entonces sede del cuartel general del nuevo líder nacionalista, para la que Plá y Deniel cedió el Palacio Episcopal. Y allí se instaló Franco el día 6 de octubre. Unamuno, claro, en su condición de rector de la Universidad, fue a visitarlo, aunque no existe ningún testimonio de cómo se desarrolló aquella entrevista. La prensa publicó el día 8 un texto del rector (‘Mensaje de la Universidad de Salamanca a las universidades del mundo’) y enseguida comenzaron los preparativos para la celebración de la Fiesta de la Raza el día 12. Unamuno le pidió al vicerrector Esteban Madruga que presidiera el acto religioso, pues él no pensaba ir a misa, y le aseguró que no hablaría en el acto académico que se iba a celebrar a continuación para que no se le calentara la boca. Llevaba, en calidad de rector, la representación de Franco para el acto, que presidió en compañía de Carmen Polo, del general Millán Astray y de distintas autoridades eclesiásticas, civiles y militares. Lo demás es de sobra conocido: Unamuno decidió no callarse y el Paraninfo saltó por los aires. Amenábar acaba de estrenar ‘Mientras dure la guerra’ y retoca, embellece y dramatiza lo ocurrido aquel 12 de octubre. Es la historia a la carta.

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