Por
  • Alberto Jiménez Schuhmacher

Inercia

En los autobuses urbanos de Zaragoza, se deja sentir la inercia.
En los autobuses urbanos de Zaragoza, se deja sentir la inercia.
José Miguel Marco

Recuerdo cuando el profesor de Física nos dijo que "inercia es lo que sientes cuando vas sentado en el autobús y al acelerar parece que te pegas al asiento". Se refería a los de Tuzsa, era cuando yo cursaba EGB en el milenio pasado.

Desde entonces he experimentado esa sensación. Pocas veces sentado porque me enseñaron a ceder el asiento hasta a las monjas. Me parece incomprensible cómo puede ser que hoy, pesando cerca de cien kilos -lo sé, soy denso-, en un arranque de escasos metros un autobús me pueda tirar al suelo. Solo en Zaragoza e incluso con los autobuses nuevos. Tal vez no tener carnet de conducir me impida entenderlo, pero en los últimos años he viajado en diversos modelos de avión, ferries, catamaranes, lanchas, teleféricos, coches, motos, limusinas, tranvías, autobuses, anfibios, ascensores, trenes de cercanías, cremallera, el AVE e incluso en helicóptero. Excluyo el Canfranero por motivos obvios.

He probado autobuses urbanos en más de una veintena de ciudades y es cierto, la inercia es lo que sientes en los de Zaragoza. Pero ¿por qué? En los interurbanos que circulan por la ciudad no se da, así que el pavimento y el cierzo no son. Sigo con el misterio porque hace un tiempo hice un experimento clave, probar los antiguos autobuses zaragozanos en La Habana. Fueron varios modelos y entiendo que no les mandamos los nuevos por error, porque incluso volví a subirme en esos en los que debía tirar del cordel, de los que hablaba el profesor de Física, y allí no sentía inercia.

Alberto Jiménez Schuhmacher es jefe del grupo de Oncología Molecular del IIS Aragón

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión