Por
  • Isabel Soria

Amor de madre

La maternidad es el acto más generoso.
Amor de madre
Heraldo

De repente apareció en mi vida una niña estrella de ojos mar y, dos años y medio después, un niño sol con ojos de luna. Desde que me convertí en madre, cambió por completo mi percepción de las cosas. Mi forma de estar en el mundo completamente ‘Isabelcentríca’ se transformó en un vago recuerdo, en una vida que hoy veo como si la hubiera protagonizado una persona distinta y que casi ha desaparecido hasta de mi memoria.

En esta nueva etapa he pensado mucho en mi madre y en la historia de las madres. He pensado en la inmortalidad a través de nuestros hijos, en nuestros buenos deseos y en que nuestro amor a los cachorros es la verdadera gasolina del universo. Ese bien grande y supremo que gravita sobre nosotros y que es imperecedero a pesar de que perezca. Ese amor que está ahí desde el principio de los tiempos. Ese amor que nos dieron, que damos y que daremos, que se conjuga en todos los tiempos verbales. Que continúa y que siempre estará y que además, es de lo poco bueno que perdura a través de la historia.

Debería existir una liga de madres panterráquea pues probablemente así se habrían evitado muchas desgracias: el amor de madre es como la armonía de las esferas, teoría pitagórica que nace de la conciliación de contrarios. La armonía es la unificación de muchos términos que se hallan en confusión y acuerdo entre elementos discordantes.

Pues eso, que ya lo decían los griegos, que el amor de madre armoniza el caos. Liga de madres panterráquea para mediar conflictos, ya.

Isabel Soria es documentalista y técnico cultural

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión