Anticipos de gobernabilidad
El socialista Javier Sada es el nuevo presidente de las Cortes de Aragón con los votos de todos los grupos de la izquierda y del PAR. La constitución del Parlamento autonómico anticipa así cómo puede ser la previsible investidura de Javier Lambán, entren o no Podemos, IU y CHA en el gobierno. Lo que hace falta es que el nuevo gobierno sea estable y que pueda acometer los desafíos de la Comunidad con una política que suscite un amplio respaldo social.
El camino se va despejando para las investiduras de presidentes autonómicos y del inquilino de la Moncloa. Pactos como el alcanzado ayer en Canarias y el que llevó al PSN a votar a Geroa Bai para que presida el Parlamento de Navarra –que hace temer que el gobierno de la Comunidad Foral vaya a depender de EH Bildu– pueden facilitar que Pedro Sánchez disponga de votos suficientes para su investidura, pero con la implicación del PNV y de los separatistas de ERC. Es una de las pocas opciones que tiene el PSOE ante la imposibilidad, por ahora, de contar con la abstención de Ciudadanos o del PP. Pero no es, desde luego, una buena alternativa si se piensa en la estabilidad del país y en el reforzamiento del espíritu constitucional.
En Aragón, el acuerdo PSOE-PAR, al que ayer se sumó en las Cortes el resto de la izquierda por su objetivo de bloquear una alternativa por la derecha, anticipa una posible investidura de Lambán con los mismos apoyos que han llevado a Sada a la presidencia del Parlamento. No obstante, la gobernabilidad de la Comunidad podría ser más sólida si el pacto PSOE-PAR contase con el respaldo de Ciudadanos, un partido que reivindica el centro ideológico. Tanto en Aragón como en el conjunto de España hacen falta gobiernos que no aumenten las tensiones, sino que puedan desplegar políticas de amplia base social para acometer los importantes desafíos que están pendientes desde hace demasiado tiempo.
