Por
  • David Serrano-Dolader

Cromatismo… o no

Natalidad, pensiones e igualdad son los temas que surgieron en el segundo bloque del debate electoral
Debate electoral
Agencias

Azulado, verdoso, blanquecino, negruzco, amarillento, rojizo, grisáceo… ¡Qué riqueza la del idioma castellano! Para plasmar un significado tan específico como el de ‘que tira a color X’, el español dispone de una escurridiza gama de sufijos. El omnipresente inglés, sabedor de la incontestabilidad de su dominio, se conforma con poner en marcha la máquina de fabricar derivados en -ish: greenish, bluish, blackish, reddish... ¡Vaya aburrimiento: laboristas versus conservadores!

En España, los partidos ya no ‘son’ sino que ‘tiran a’. Los VOXinos no serpentean por la ultraderecha sino que tiran a lo patriótico y al olé taurino; los POPULARentos no campan por las diestras sino que tiran a cubrir espacios (des)cubiertos y a sacar un clavo para poner otro; los CIUDADANOSáceos no acaparan transparencia y mesura sino que tiran al acompasado movimiento pendular; los SOCILISTosos no son ni federalistas, ni centralistas, ni autonomistas sino que tiran a la alianza de civilizaciones seudonacionalistas; los PODEMizos no liberan, fijan y dan esplendor sino que tiran (de ‘tirar’) trastos en cabezas propias.

Tanto color y tanto tono me decolora y desentona. Añoro aquellos tiempos en los que uno votaba con el corazón, sabiendo que no son lo mismo galgos que podencos, que no es igual engañar que engañarse y que no son intercambiables los ahogados y los ahogadores. Será que me vuelvo viejo, ¿o será que soy niño, no estoy cuerdo… y no gusto de mentiras?

Como diría el loco: al pan, pan; ovejas muertas.

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