El equipo de gobierno de Zaragoza en Común (ZEC) acata por fin varias sentencias judiciales y asume que tiene que repintar el nombre del pabellón Príncipe Felipe. Se trata de una decisión llena de simbolismo porque supone dar marcha atrás, para cumplir la ley, respecto a uno de los primeros ‘decretazos’ que el alcalde Santisteve impuso cuando accedió a la alcaldía hace cuatro años.

A poco más de un mes y medio de la celebración de las elecciones municipales, el alcalde y su equipo de gobierno se ven obligados a repintar el nombre del pabellón Príncipe Felipe que borraron poco después de poner los pies en el Ayuntamiento de Zaragoza. Así lo habían ordenado el Tribunal Superior de Justicia de Aragón (TSJA) y el Tribunal Supremo en varias sentencias en contra del cambio del nombre y que obligaban a devolver a su estado original todos los elementos de la instalación deportiva. Se pone fin así a un asunto que generó un gran rechazo dentro y fuera del Consistorio porque la denominación oficial estaba y está consolidada y aceptada.

En septiembre de 2015, el equipo de ZEC tomó una decisión muy polémica por las formas y por el fondo, y que inauguró una incoherente política de gestos. En línea con actuaciones de la alcaldesa de Barcelona de suprimir referencias a la Jefatura del Estado en las instalaciones municipales, ZEC decidió, por sorpresa y al margen del pleno, rebautizar el pabellón Príncipe Felipe. Lo hizo de esta manera porque sabía que no iba a tener los apoyos necesarios. Además, ZEC ignoró un informe de Zaragoza Deporte que desaconsejaba el cambio y decidió que el pabellón se llamaría José Luis Abós, en memoria del fallecido entrenador. La Justicia frenó la medida cautelarmente y ahora varias sentencias obligan a recuperar el nombre original. El equipo de Pedro Santisteve, que suma toda una ristra de varapalos judiciales, cierra así un círculo de políticas e iniciativas erráticas.