Un proyecto de agricultura ecológica vinculado al programa municipal Huertas Life Km0 ha acabado con un fuerte enfrentamiento entre los propietarios y los arrendatarios de una finca de Montañana. Una pareja de agricultores jubilados (León Pescador y Paz Calvo) denuncia que sus inquilinos llevan un año sin pagarles el alquiler y siguen ocupando su huerto. Los arrendatarios (la cooperativa Ortal y Tal) dicen que el terreno no reunía las condiciones pactadas y han presentado una demanda judicial por incumplimiento de contrato.

Los propietarios y los arrendatarios se conocieron gracias al programa del Ayuntamiento Huertas Life Km0, que buscaba terrenos en el entorno de Zaragoza para poner en marcha explotaciones de agricultura ecológica. En julio de 2015 firmaron un contrato de alquiler por una finca en Montañana de 1,4 hectáreas. Unos meses después, comenzó el conflicto.

"Cuando vimos el anuncio en el que pedían tierras para nuevos agricultores nos pareció muy buena idea. Nos acabábamos de jubilar y ofrecimos nuestro campo. Al principio nos pagaron lo acordado, pero luego dejaron de pagar porque decían que la finca no reunía las condiciones. Hace más de un año que no nos pagan y nos deben más de 4.000 euros. Ya damos el dinero por perdido, pero lo que queremos es que se vayan. Y me duele mucho que, además, les den ayudas. Es vergonzoso que estén ocupando nuestro huerto y reciban una subvención de 10.000 euros", critica Paz Calvo. Han denunciado la situación al Ayuntamiento y al Justicia de Aragón. El grupo municipal del PP ha preguntado varias veces por este conflicto y les apoya.

La cooperativa ha recibido una subvención de 9.976 euros del Instituto Municipal de Empleo y Fomento Empresarial de Zaragoza (Zaragoza Dinámica) para la producción y venta de productos agroecológicos, según aparece publicado en el Boletín Oficial de la Provincia de Zaragoza el 24 de febrero de 2017.

Demanda de los arrendatarios

"La finca no estaba como nos dijeron. El riego por goteo no funcionaba y los invernaderos no estaban en condiciones. Tuvimos que hacer obras y son ellos los que tienen que asumir el coste. Nosotros hemos puesto una demanda por incumplimiento de contrato. Queremos una seguridad jurídica. Nos iremos pronto, cuando terminemos de cosechar lo que sembramos. Esta situación nos ha causado trastornos a nosotros, porque no hemos podido sacar el rendimiento esperado de la finca", afirman los arrendatarios.

Desde el Ayuntamiento explican que han intentado mediar, pero que se trata de un conflicto entre particulares que deben resolver ellos. El terreno no estaba incluido en el Banco de Tierras del Ayuntamiento. Este es el único huerto vinculado al proyecto Huertas Life Km0 con el que ha habido problemas de impago y desacuerdo entre los propietarios y arrendatarios.

El sindicato UAGA apoya a la cooperativa de agricultores y les ha asesorado en este caso. "El problema es que la finca no estaba en las condiciones que les habían prometido. El riego y los invernaderos eran inservibles. El precio pactado en el contrato era muy alto para la situación en la que estaba. Si los propietarios consideran que les están ocupando el terreno, pueden denunciar en los tribunales", afirma Carlos Polo, ingeniero agrícola y asesor de UAGA.