La familia de Pablo Serrano exige ahora que la DGA cumpla un decreto de 1995

Reclama que se materialicen los compromisos con su legado, en vísperas de la llegada de la colección de Citoler.

La llegada de la colección de Pilar Citoler a Aragón, que no se ha producido aún físicamente, ha desatado una catarata de reacciones encontradas. Pero quizá la más importante ha pasado inadvertida.


La familia del escultor Pablo Serrano, cuyo legado dio origen al museo que habrá de albergar en las próximas semanas la colección Circa XX, ha reclamado oficialmente a la DGA, a través de su abogado, que se cumpla el decreto de 1995 por el que se creó el Instituto Aragonés del Arte y la Cultura Contemporáneos (IAACC) Pablo Serrano.


Entre las medidas que se disponían en dicho decreto, publicado en el Boletín Oficial de Aragón el 18 de agosto de 1995, estaba la constitución de un consejo rector que dirija el centro, la creación de una comisión asesora y el nombramiento de un conservador para la colección. De cumplirse estos requisitos, el Instituto Aragonés del Arte y la Cultura Contemporáneos se convertiría en realidad en dos colecciones absolutamente independientes alojadas en el mismo edificio.


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