Cristina López Barrio: "La cultura y el arte no deberían obedecer a nada"

La escritora ha presentado en Zaragoza 'La tierra bajo tus pies', libro ganador del Premio Azorín 2024, en el que arroja luz sobre las Misiones Pedagógicas, una quijotesca aventura que en los años 30 llevó la cultura a la España rural más aislada.

La escritora Cristina López Barrio, ganadora del premio Azorín por 'La tierra bajo tus pies', en Zaragoza.
La escritora Cristina López Barrio, ganadora del premio Azorín por 'La tierra bajo tus pies', en Zaragoza.
Oliver Duch

En ‘La tierra bajo tus pies’, Cristina López Barrio (Madrid, 1970) rescata la historia de las Misiones Pedagógicas, una aventura ideada durante la II República por el pedagogo Manuel Bartolomé Cossío en la que voluntarios y algunos de los intelectuales más destacados de la época llevaron la cultura en sus más variadas expresiones al mundo rural. Interrumpida por el golpe de Estado de Franco y la guerra, la escritora reivindica aquella experiencia como un epítome de respeto y tolerancia. En la historia -ganadora el Premio Azorín 2024-, Cati es una joven moderna y urbana que se enrola en las Misiones. En su destino conocerá a una familia que pondrá su vida del revés.

¿Cómo llegan a su vida las Misiones Pedagógicas?Llevaba dos años de sequía creativa. Escribía por escribir. Me gusta Luis Cernuda, busqué en internet vídeos sobre él y me topé con uno en el que contaba su paso por las Misiones Pedagógicas. Seguí investigando y vi unas fotos en las que aparecía gente de campo a principios de los años 30 viendo cine. Sus rostros maravillados, la emoción de su descubrimiento me cautivaron y pensé: quiero contar esta historia.

Pero en la época no tuvo muchos apoyos.Las Misiones Pedagógicas eran criticadas por el lado más conservador y por el más progresista. Porque acogían gente atea, anarquista o conservadora. Su objetivo era llevar la cultura a los pueblos olvidados y compartirla con ellos. Y al mismo tiempo aprender y conocer la tradición rural y el folclore que consideraban nuestras raíces.

La cultura nunca ha sido una gran preocupación para los políticos...La historia me cautivó por sus valores de amor a la cultura, de entusiasmo y convivencia en una época bastante difícil. Era muy quijotesco. Se le tachaba de utópico, se le buscaba la utilidad y un beneficio a corto plazo. Pero Cossío defendía que la cultura es un bien en sí mismo, que no se puede medir lo que eso aporta a tu vida y a tu espíritu.

El libro resulta muy actual habida cuenta de los casos de censura por parte de la ultraderecha.El mensaje del libro es que fue un proyecto maravilloso porque trataba de conocer al otro, que es el primer paso para la tolerancia. En las Misiones tenían ideas diferentes pero un proyecto común y se respetaban. Rafael Dieste, uno de sus miembros, decía que después de haber participado no podía ser ni un marrullero en política ni un pedante en el arte. Ese es el espíritu. Parece una utopía pero existió. Ponían el acento en el valor de la pluralidad. El tema es actual porque entonces todo se politizaba, como ahora. Todo se puede afrontar desde el punto de vista político pero sin crispación, intolerancia y faltas de respeto. Ir hacia un pensamiento único me parece una pobreza terrible. Todo lo que tiene que ver con la cultura y el arte no debería obedecer a nada más que a sí mismo.

Hablamos del respeto entre ideas, pero en el libro también se plantea entre el mundo rural y el urbanita. Cati, la protagonista, parece ese nexo de unión.Ella tiene mucho empeño en conocer el mundo desde un punto de vista que no es el suyo. Teniendo en cuenta además que en esa época la distancia entre el campo y la ciudad era enorme. La gente no hacía turismo rural como ahora.

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