música

The Limboos o cómo explicar las verdades del barquero... y de la música en España

La banda establecida en Madrid, que presenta este sábado su nuevo disco en el Rock & Blues de Zaragoza, ha reabierto el debate de las penurias del sector musical. 

Sergio Alarcón, Daniela Kennedy y Roi Fontoira son The Limboos.
Sergio Alarcón, Daniela Kennedy y Roi Fontoira son The Limboos.
T. L.

Más allá de las luces de neón y de las norias gigantes de los festivales, la realidad para la gran mayoría de bandas de tamaño medio/pequeño de nuestro país es muy poco halagüeño. Actuar más allá de la propia ciudad o comunidad se ha convertido en una quimera... o en una invitación a perder dinero. Un deterioro del sector de la música en directo que afecta tanto a las  salas, el auténtico vivero para que los grupos y cantantes se fogueen y crezcan, como a los intérpretes. 

Los estándares en el negocio se han deteriorado a pasos agigantados.  Realizar un concierto y, además de no cobrar por ello, tener que sufragar las pérdidas, se ha convertido en una lamentable realidad para muchas bandas aragonesas y del resto del país. 

Verbalizar y hacer pública esta situación no siempre resulta sencillo y se opta por el silencio. Una tendencia que han dinamitado los componentes de The Limboos, el muy recomendable combo de rythm & blues que este sábado (21.00) iluminará la sala Rock & Blues de Zaragoza para presentar su nuevo disco, 'Off the loop'. 

"Qué es mejor, ¿cancelar un concierto para no perder dinero o seguir adelante como si no pasara nada? ¿Seguir en la burbuja de las fotos bonitas y el falso éxito que lo inunda todo o poner alguna excusa bonita para afrontar que los números no dan? En el cartel quedan de lujo todas las fechas, pero cada una de ellas es un reto para una banda como la nuestra. Tocar en salas, por lo general, implica asumir todo el riesgo económico: alquiler de sala, hotel, dietas, altas, sueldos y demás gastos. Si va bien, bueno para todos; si no...", explicaron el pasado marzo en un mensaje que se convirtió en viral en las redes sociales.

Y añadieron: "A la larga esta dinámica lleva a que las salas cierren y las bandas mueran (o como poco, que toquen infinitamente en menos sitios). Los cientos de festivales pueden tener su lado bueno, pero si quieres seguir viendo música en tu ciudad, apoya a sus salas y goza con muchos artistas por los que en unos años puede que pagues mucho más por verles en grandes escenarios".

Pese a la repercusión que tuvo este texto, unos días después la formación establecida en Madrid y con un bagaje de cuatro álbumes desde 2014, amén de diversas giras por Francia, canceló un concierto programado en Valladolid. "Después de más de diez años, es posible que sea la primera cancelación por nuestra parte. Era la última opción, pero nada apuntaba a un giro de guión. Esta gira sigue adelante y sigue siendo un gran reto. Seguiremos apostando por las salas. Las salas nos han dado nuestras mejores noches y lo seguirán haciendo. Somos optimistas y sabemos que el camino es difícil, pero vamos a seguir dando lo mejor de nosotros en cada sarao", proclamaron.

Unas palabras crudas y sinceras que son la certera crónica de una muerte paulatina y anunciada de una forma de entender y sentir la música.  

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión