'Matusalén': Cuarentón, rapero y universitario
Julián López lleva como rostro cómico desde los singulares y sugerentes tiempos de ‘La hora chanante’ y ‘Muchachada Nui’. Su presencia siempre supone un aliciente. Otra cosa es que luego las películas en las que se involucra merezcan la pena. ‘Matusalén’ figura entre las simpáticas. López interpreta a un cuarentón que sigue en la fase rapera de su juventud. Sus rimas no se tradujeron en una carrera musical por lo que su retrato remite al perdedor, al vago y al que nunca evolucionó. Un perfil enfocado al humor acompañado de lo cálido por la eterna fidelidad a la esencia propia y por el factor del buen tipo. Sobre este personaje (con el que se nota que el actor ha disfrutado), el tributo sincero al rap y el vistoso envoltorio que aporta dicho género, David Galán Garrido, director de ‘Orígenes secretos’ y de ‘Gora Automatikoa’, plasma una comedia que genera afinidad y que maneja con relativa frescura las convenciones en las que se mueve.
El filme se adscribe a la premisa del chocante regreso a la etapa universitaria desde la situación del ‘viejo’ que empieza a estudiar, de ahí el título y el juego con las burlas que recibe de los jóvenes. La historia, además de sobreponerse a la escasez que asomaba de manera peligrosa (el tramo de la fiesta), exhibe algunos apuntes de humor (esa mención al horror cósmico) que denotan personalidad creativa. Resulta palpable que está más pensada para el funcionamiento de sus partes que para el del conjunto, si bien la construcción narrativa se le perdona, y no solo por su arrebatadora ironía acerca del ‘futuro’ que tiene hacer Periodismo o por su divertida alusión a lo que se lleva dentro y suele reprimirse de adulto. Gustan la trama romántica, las amistades que surgen y su acertado encaje del amplio volumen de colaboraciones especiales, repertorio encabezado por Antonio Resines en modo Resines y en el que sorprenden, por su inventiva, los guiños finales a Kase.O.
