Treinta y seis años después de la publicación de ‘La lluvia amarilla’, la historia del último habitante de Ainielle escrita por Julio Llamazares, ha vuelto a conquistar al público altoaragonés. Hasta 38 grupos distintos han participado en las actividades didácticas organizadas alrededor de la exposición, más de 650 personas han asistido a las conferencias y más de 3.000 han visitado la muestra. en total, han sido más de 4.500 las que no se han querido perder la relectura que ha propuesto la Diputación Provincial de Huesca de este texto, que reflexiona sobre el abandono de los pueblos del Pirineo.

El diputado de Cultura, Carlos Sampériz, subraya  que "la novela ha sido un gran polo de atracción por sí misma, ya que es una historia que cautiva hablando del desarraigo, la soledad, el tiempo y la muerte, y tiene lectores en todo el mundo". "Pero también lo han sido los grabados de Antonio Santos que conforman la muestra y que han logrado reconstruir en imágenes el relato del pueblo de Ainielle", añade. Sampériz realiza un balance muy positivo porque en poco más de cuatro semanas que ha estado expuesta la respuesta del público ha sido "sobresaliente".

La Diputación de Huesca va a extender esta muestra a cuantos rincones del territorio sea posible. La primera parada de su ruta será en Sabiñánigo, en la sala de exposiciones municipal. Allí permanecerá del 3 de julio al 3 de agosto. Además, en paralelo, la capital serrablesa también acogerá una actividad de taller de linóleo con el artista Antonio Santos, el día 9 de julio en horario de tardes.

Santos es ilustrador, escritor, escultor y pintor. Con más de más de sesenta exposiciones individuales y más de cincuenta títulos publicados, su obra gráfica ha sido distinguida con premios como el Daniel Gil al Mejor Libro Infantil en 2003 y el segundo Premio Nacional de Ilustración en 2004.

Llamazares mantuvo un encuentro con el ilustrador en el salón de actos de la DPH. También llenaron la sala la proyección del documental ‘Ainielle’, de Eduardo de la Cruz y la conferencia ‘La memoria amarilla’ del investigador serrablés Enrique Satué.

Tras el periodo veraniego, la exposición recalará en septiembre en Jaca y también visitará Ballobar. En el mes de octubre estará en Fraga y a finales de año, en Monzón. Esto ha sido posible gracias a la inclusión de la muestra en el catálogo de exposiciones itinerantes de la DPH, con el fin de desplegar en el mapa de la provincia una amplia oferta cultural para el disfrute de todo el público.