María Pilar Martínez Barca presenta su nuevo poemario de amor, ‘El penúltimo ocre’

ZARAGOZA. María Pilar Martínez Barca (Zaragoza, 1962) tiene muchos proyectos en marcha. Columnista de HERALDO y de otros medios, es poeta y narradora y estudiosa de Manuel Pinillos: le dedicó su tesis doctoral y editó, en las PUZ, su poesía. Mañana, a las 12.30, en el Hotel Vincci Zaragoza Centro (Coso ) presenta ‘El penúltimo ocre’ (Imperium Ediciones), y lo hará con la catedrática María Antonia Martín Zorraquino, prologuista del volumen, y con las voces de Manuel Forega y Ana Catalá Roca.

«Recuerdo que el ‘El último ocre’ lo comencé en el Museo de Mística de Ávila. Primero quería que fuera algo místico, luego que podía ser también confesional. Al final lo dividí en dos partes: ‘Radiografía de árbol’, poemas más o menos breves, viéndome a mí misma como diferentes árboles o estados de los mismos; y ‘El tronco familiar, con clara influencia de Pinillos y de su libro ‘Débil tronco querido’; dediqué una especie distinta de árbol a cada miembro de mi familia y a mi pareja. Es la parte más emotiva: de recuerdos y emociones», cuenta.

Explica la escritora que en el verano y el otoño de 2019 estuvo especialmente inspirada. «Por la noche me salían los poemas como respirar. El título de lo debo a Jesús Alba, mi compañero. ‘El penúltimo ocre’ es el de la hoja a punto de caer del árbol. Cuando cae ya muere», añade María Pilar.

En su prólogo, la catedrática y buena amiga María Antonia Martín Zorraquino, una de las grandes estudiosas de María Moliner e Ildefonso-Manuel Gil, escribe: «‘El penúltimo ocre’ es un poemario con una clara unidad de objetivo literario, de imágenes, de sentimientos, de sentido poético. Las dos partes son complementarias y la unidad de sentido se percibe desde el primer poema al último, pues, en este, en el que se halla implícita la pareja amada por la autora, se concluye, dando respuesta a lo planteado a lo largo de todos los poemas, que el ocre no es último cuando se cuenta con el amor y la ternura, en sus diversas formas, para salvarlo, y la memoria, para retenerlo».