Una exposición rescata la memoria de Ainielle y de la novela que lo inmortalizó

La Diputación de Huesca rinde homenaje a la obra de Julio Llamazares 'La lluvia amarilla', situada en el más conocido de los pueblos abandonados de España.

Inauguración de la exposición 'La lluvia amarilla' en la Diputación de Huesca.
Julio Llamazares en la inauguración de la exposición 'La lluvia amarilla' en la Diputación de Huesca.
Verónica Lacasa

Hace años que la Diputación de Huesca perseguía hacer un homenaje a 'La lluvia amarilla'. No en vano su autor, Julio Llamazares, había conseguido con la novela rescatar del olvido la aldea abandonada de Ainielle (Sabiñánigo) y la había convertido en el más conocido de los pueblos abandonados en España y en un símbolo de lo que hoy se llama la España vacía. "Pensé que sería una obra minoritaria", ha dicho este martes Llamazares. Cuando la publicó en 1988 fue a contracorriente, en plena época "del pelotazo y la movida", pero resultó ser su novela más leída y celebrada.

El escritor ha asistido hoy a la inauguración en la Diputación de Huesca de la exposición 'La lluvia amarilla', con la que la institución rinde homenaje a un texto literario cuya trascendencia ha rebasado los límites editoriales. Para el escritor, "uno de los mejores regalos que me han hecho en mi vida". 

El grueso de la muestra, abierta del 27 de febrero al 31 de marzo, lo componen 53 grabados del ilustrador Antonio Santos, nacido en Lupiñén, ordenados en la sala según los capítulos de la novela y que proponen una relectura de los textos. El protagonismo lo tiene Andrés, de Casa Sosas, el último habitante, quien en la novela rememora el paulatino abandono de la aldea esperando a que la muerte lo libere de su soledad.

Pero antes, nada más entrar, el visitante se encuentra con la reproducción del documental 'Ainielle tiene memoria', emitido por RTVE en 2007, y la secuencia de fotografías realizadas por Fernando Biarge entre 1975 y 1985. Activa así el recuerdo de un lugar y de un problema, la despoblación, a través de los testimonios de algunas de las últimas personas que lo habitaron. 

La instalación se completa con la lectura de diferentes fragmentos a través de la voz del actor José Sacristán y la proyección de varios audiovisuales de Eduardo de la Cruz que aluden a las emociones que despierta el libro en el lector a través de imágenes del paisaje, la nieve, la ruina y la noche. Finaliza con la proyección de la última escena de la adaptación teatral del libro, dirigida por Jesús Arbués y producida por el Corral de García en 2021.

Pero hay mucho más: el manuscrito original de la novela con anotaciones del autor; diferentes ediciones tanto en español como en las múltiples lenguas a las que se ha traducido, incluyendo el estonio, hebreo, chino mandarín o cantonés; o una especial en braille.

En la presentación, Llamazares ha estado acompañado del autor de las ilustraciones. Para Antonio Santos ha sido un trabajo "conmovedor y fascinante". "Me emocioné viendo la exposición", ha comentado. Y junto a ellos el presidente de la Diputación, Isaac Claver, y el diputado de Cultura, Carlos Sampériz. Claver se ha referido a la obra como "el texto literario contemporáneo relacionado con nuestra provincia de Huesca que más eco ha generado en el mundo". 

El acto ha servido para que Llamazares volviera a recordar cómo se aproximó al Alto Aragón. Recordó a un profesor suyo que siempre decía "Huesca no existe", porque ninguno de los alumnos de su clase, en su León natal, conocían a nadie de Huesca, habían estado en Huesca o la habían visto Huesca en la televisión. "La provincia es muy pujante y a la vez hay una parte de ella que está muerta", ha dicho, en referencia a los más de 300 pueblos despoblados. 

Cuando llegó a Ainielle, por recomendación de un relojero de Jaca, tenía la mitad de la novela escrita, con un nombre ficticio, y decidió situarla  en el pueblo de la Guarguera. La obra se ha convertido en un referente de la España vacía, sobre la que Llamazares ha reflexionado en la presentación. Asegura que cada semana recibe invitaciones para ir a jornadas en todo el país a hablar de este tema, y las rechaza. "Ahora habla todo el mundo de la España vacía, pero nadie hace nada, si es que la situación se puede revertir, porque es terminal en muchos sitios de España", asegura.  

Un amplio programa de actividades

La exposición se cerrará el 31 de marzo y en verano viajará a Sabiñánigo (del 3 de julio al 3 de agosto). Incluye un amplio programa de actividades que arranca hoy mismo con un encuentro de Julio Llamazares y Antonio Santos en el salón de actos de la Diputación a las 19.00. El 22 de marzo hay prevista una conferencia de Enrique Satué, 'Ainielle, la memoria amarilla', a las 20.00 en el mismo lugar. Antonio Santos impartirá un taller de iniciación al linóleo el 11 de marzo en Huesca y el 9 de julio en Sabiñánigo (previa inscripción). 

El programa se completa con una proyección de la obra sobra Ainielle de Educardo de la Cruz el 6 de marzo en la Diputación (20.00); la representación de la obra de teatro de Viridiana 'La lluvia amarilla' el 20 de julio en el festival Sonna en Susín (22.00); así como talleres de lecto-escritura, actividades didácticas para centros educativos y familias y visitas guiadas.  

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