Por
  • Enrique Abenia

'La piscina': maldad en el agua

Kerry Condon, en la película de terror 'La piscina'
Kerry Condon, en la película de terror 'La piscina'
Universal Pictures

Para cristalizar y evitar quedarse en nada, las buenas ideas exigen que la chispa conceptual que las mueve se reproduzca también en el desarrollo. ‘La piscina’ parte de una curiosa variación de las historias de casas malditas al mostrar que el mal no está asociado a una vivienda sino al espacio de esparcimiento acuático ubicado en el jardín del hogar al que, como manda el esquema narrativo habitual, se muda una familia para empezar de nuevo. El director debutante Bryce McGuire toma como base, para reformularlo, el corto que realizó en 2014 junto a Rod Blackhurst, pieza de menos de cuatro minutos que salvo por la fuerza de un par de imágenes ya resultaba algo escasa. La película, con el drama en el foco expositivo, funciona y se deja ver hasta que del agua emerge el lado flojo que lleva dentro de su estructura y dinámica convencionales. Se suma a los títulos que resaltan que Blumhouse, compañía especializada en el género, aquí en alianza con la productora de James Wan, debería revisar sus filtros creativos.

‘La piscina’ **
Dirección y guión:Bryce McGuire.
Fotografía:Charlie Sarroff.
Intérpretes:Wyatt Russell, Kerry Condon, Amélie Hoeferle, Gavin Warren.

Protagonizado por Wyatt Russell (hijo de Kurt Russell) y Kerry Condon, el filme bebe de ‘Terror en Amityville’ y de la clásica cuestión de la influencia negativa ejercida sobre un miembro de la familia. El padre, un deportista retirado por enfermedad, se siente atraído por la piscina, sobre todo cuando su salud mejora de manera sorprendente, lo que influye en el miedo creciente de la mujer por los hechos extraños.

Con la escena del ‘skimmer’, inspirada en la de la alcantarilla de ‘It’, como la más lograda, la obra empeora a raíz de lo que anuncia el diseño de la entidad que asusta a la hija mayor, corroborado por los pobres efectos digitales del momento de la posesión definitiva. El invento de guión para vestir un poco más lo maligno, plasmado de un modo para olvidar (la visita a la antigua propietaria), exhibe la deriva sin remedio. La resolución, por su perfil, agudiza el bajo nivel.

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