cine aragonés. ocio y cultura
Teruel se ennoblece con las imágenes y la nostalgia de sus ‘Años de luz’, de Javier Calvo
El realizador estrena en la sala Maravillas su documental sobre la Generación Paulina de los años 60 en colegio San Pablo y el instituto Ibáñez Martín
ZARAGOZA. Javier Calvo Torrecilla, con su productora Varykino, rodó cuatro temporadas del programa ‘Sin cobertura’, un total de 29 emisiones de algo más de 40 minutos. Durante la comida de un capítulo protagonizado por Joaquín Carbonell (Alloza, 1947-Zaragoza, 2020), el periodista, escritor y cantautor le comentó que tenía un proyecto en la cabeza: el rodaje de un documental sobre la llamada Generación Paulina, nombre que le dio, entre otros, el psiquiatra y coleccionista de arte Javier Lacruz, que le dedicó una exhaustiva monografía a aquel grupo de estudiantes y profesores que se alojaban en el Colegio Menor San Pablo, fundado por Florencio Navarrete, y que estudiaban en el Instituto Ibáñez Martín.
Luego, la covid-19 segó la vida de Joaquín, cuando vivía uno de los momentos más felices de su trayectoria, y serían su compañera Kaku y Natalia Martínez, de Aragón TV, quienes sugirieron a Javier la idea de retomar el proyecto que ha cristalizado en su documental ‘Años de luz’, que se estrena este viernes 19 en la sala Maravillas de Teruel, que celebra ahora sus primeros 40 años.
Javier, que tenía otros proyectos entre las manos, se puso en contacto con su productor habitual Javier Estella y con su operador de cámara de cabecera, José Carlos Ruiz, secundado por Jon Arteagabeitia, los Morroskos, y empezaron a trabajar. Paralelo al proceso de documentación, iniciaron las grabaciones de entrevistas: hablaron con José Sanchis Sinisterra en el Teatro Principal de Zaragoza; con Eloy Fernández Clemente en su casa; después con Juana de Grandes, viuda de José Antonio Labordeta; con Federico Jiménez Losantos, en su pueblo Orihuela del Tremedal; con Manuel Pizarro, en Teruel. Y ya puesto, Javier Calvo pensó que su exprofesora y vecina Carmen Magallón -una de las musas de aquel grupo de estudiantes y una actriz en ciernes entonces– debía ser la conductora, el nexo de unión de la narración en imágenes de aquella experiencia que había sido capital en la historia de la ciudad pero también de Aragón. De aquella convivencia de alumnos y profesores nacerían muchas cosas: entre ellas una fértil memoria, de aureola mítica.
Decía el pasado miércoles Javier Calvo a HERALDO: “Me di cuenta de que era una oportunidad estupenda para poner en valor y dar visibilidad a esta generación, casi desconocida para la mayoría de los aragoneses, yo entre ellos. Yo no conocía la historia y conforme fui investigando y conociendo a los protagonistas, muy en especial cuando conocí a Eloy Fernández Clemente, me di cuenta de que era una historia que había que contar y que encima tenía unos componentes narrativos muy potentes (de donde provenían estos niños, la posguerra, la historia de iniciación y descubrimiento, la dictadura y su represión…). Todos son componentes muy cinematográficos y me enganché a la historia”, explica Javier Calvo, un director minucioso, que se prendó de aquel período histórico que abarcaría desde mediados los años 60 hasta los inicios de los 70.
Juana de Grandes le contó algo más: “José Antonio era un ciudadano del mundo. Es decir, tenía ansias de mundo, no de cerrarse. Y sin embargo, Eloy ya venía con una idea bastante diferente: le interesaba y le apasionaba el mundo, pero a través de Aragón. Fue él quien le contagió a mi marido la necesidad de querer, entender y conocer mejor Aragón”.
Javier y su equipo contactaron con otros protagonistas: el profesor Pedro Luengo, auténtica memoria viva; con el citado Florencio Navarrete, director del Colegio Menor de San Pablo, que creó un oasis de creatividad y de despertar a un sinfín de incitaciones e iniciativas. “Lo que si tengo claro es una cosa, yo no sé qué Aragón tendríamos hoy, pero lo que está claro es que el Aragón que hoy tenemos le debe mucho a esa generación, a la mágica confluencia de esas personas (Eloy, Labordeta, Sanchis Sinisterra, Jiménez Losantos, Carbonell) y a ese lugar, el San Pablo”, explica Javier Calvo. Abunda en esta consideración desde otra perspectiva: “Esto para mi es importante y es la clave y la conclusión del documental. Y junto eso me parece importante ese hilo invisible de ternura y cariño que tienen todos los componentes de la Generación Paulina”.
Añade: “Labordeta cantó en público por primera vez, surgió la idea de ‘Andalán’ y se dio una convivencia muy peculiar e insólita, casi familiar, entre los alumnos y los profesores. Tuvimos la fortuna de que pudimos acudir al homenaje de Florencio Navarrete, el hombre que abrió el colegio, cuando cumplía 90 años", recuerda.
La indagación condujo a Javier Calvo Torrecilla a otra idea: en el fondo, todos aquellos jóvenes de pueblos de la provincia de Teruel vivieron una experiencia que conecta con el mundo de las infancias de Charles Dickens. “‘Años de luz’ es como un documental dickensiano. “Hemos rodado los pueblos donde salieron esos niños. Para entender bien la historia es necesario saber de la miseria de la que venían. Muchos de ellos parecen salidos de un cuento dickensiano. Los alumnos iban a merendar a casa de los profesores, chocolate con churros o lo que fuera, y a veces alguno hacía de canguro de los hijos”.
Como era de esperar no había muchas imágenes de cine de aquella época, pero sí bastantes fotografías y algún valioso material fílmico. “Contamos con material de archivo de la Filmoteca de Cataluña, NO-DO, el archivo paulino, material de José Miguel Iranzo y el propio Joaquín Carbonell sobre Labordeta, materiales rodados por mí al propio Joaquín Carbonell. Y se usarán animaciones del ilustrador David Guirao”. Después de la presentación en Teruel de este documental, muy esperado, se proyectará en Zaragoza. “'Años de luz' se ha convertido para mí en un proyecto precioso del que estoy enamorado”.
Producida por Varykino Films, además del apoyo explícito y cómplice de Aragón Televisión, cuenta con el apoyo del Gobierno de Aragón, con los Fondos FITE, el Instituto de Estudios Turolenses, la Institución Fernando el Católico, Caja Rural de Teruel y Fundación Térvalis.